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España evita la confrontación con EE UU

Rajoy dice no tener constancia de haber sido espiado pero ordena citar al embajador norteamericano para que dé explicaciones

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La ya conocida como 'cumbre europea del espionaje' concluyó ayer en Bruselas con una UE dividida y demasiado tibia a la hora de mostrar respuestas contundentes frente a hechos relevantes. Veintiocho Estados, veintiocho opiniones, veintiocho intereses diferentes... Una suerte de sudoku siempre complejo que deriva en declaraciones institucionales que parecen decir algo y esconden poco. Ayer, la segunda y última jornada de la cita de jefes de Estado y de Gobierno también sirvió para escuchar la valoración de los dos líderes europeos, el español Mariano Rajoy y el británico David Cameron, que todavía no se habían pronunciado sobre el masivo espionaje estadounidense a 35 líderes mundiales, entre ellos la canciller Angela Merkel. «He dado instrucciones para que convoque al embajador estadounidense para pedirle explicaciones sobre lo aparecido en prensa», anunció Rajoy sin esperar a ser preguntado.

Un anuncio contundente a golpe de titular que sin embargo esconde matices muy relevantes de cara al papel que España ha decidido jugar en esta suerte de bomba diplomática que ha supuesto el hecho de que la agencia americana NSA haya espiado durante 14 años el móvil de Angela Merkel. Una noticia que Berlín ha dado por buena y que ha provocado la «indignación» de gran parte de la Unión. Según los documentos del exagente Edward Snowden, España también habría sido espiada a través de la masiva interceptación de mensajes o correos, tanto de ciudadanos como de altos cargos del Gobierno, en este mandato y parece que sobre todo con Zapatero.

«El espionaje no cabe entre países socios y aliados. España y Estados Unidos somos países amigos y deseamos mantener unas relaciones lo más estrechas posibles», subrayó Rajoy tras anunciar la llamada del embajador, James Costos. Unas declaraciones que van en la línea de lo manifestado por Merkel a media tarde del jueves a su llegada a la cumbre comunitaria. «Entre amigos, el espionaje es inaceptable», recalcó. Lo mismo que dijo el italiano Letta, el presidente de la Comisión, Durao Barroso, el presidente del Europarlamento, Shulz, el belga Di Rupo o el holandés Rutte. Ya ayer se pedía pasar página una vez se esclarezcan estos «graves hechos». La estrategia de La Moncloa es clara: firmeza pero con mano izquierda a sabiendas de que la relación con la administración Obama es prioritaria para el Ejecutivo.

La mejor prueba de ello es el anuncio de Rajoy de que por el momento, España no se sumará a la coalición que han creado Alemania y Francia, las dos potencias más afectadas, para exigir a EE UU y antes de finales de año un nuevo marco de relaciones que ponga coto a las actuaciones de los servicios secretos. Esta alianza fue avalada tras una larga cena por el Consejo de Europa la madrugada del viernes, dejando la puerta abierta a que otros países se sumen a ella.

Evitar especulaciones

Rajoy justificó su decisión en que España «no tiene de momento constancia de haber sido espiada» y aclaró que toma decisiones como presidente del Gobierno con argumentos fundados. Por eso evitó entrar en especulaciones y antepuso la necesidad de conocer la opinión de EE UU antes de encargar al Centro Nacional de Inteligencia una investigación 'ad hoc'. Para ello, apostilló, hay que tener la «total y absoluta certeza» de que el espionaje existió, «algo que a diferencia de la señora Merkel no tenemos».

El presidente del Gobierno recordó un argumento también esgrimido por su colega Cameron. «Las decisiones en materia de seguridad nacional no corresponden a la UE, sino que son competencia exclusiva de los Estados miembros, y Francia y Alemania han decidido hacer una cosa y los demás podemos decidir hacer lo mismo o hacer otra cosa», ensalzó tras señalar que «iremos informando puntualmente a la opinión pública de aquello de lo que se pueda informar».

Por su parte, un enérgico Cameron, que según los datos trascendido ha quedado encuadrado en el bando de los espías en lugar del de los espiados, se negó a referirse a asuntos de Inteligencia aunque afirmó que en el caso británico, el MI6 opera «en un marco de legalidad» y «bajo el escrutinio adecuado» del Parlamento nacional. «Apoyaré siempre su trabajo y criticaré a quienes lo hagan público», remarcó.

Sí se mostró muy crítico con actuaciones como la de Snowden y por el papel que a su juicio están jugando los periódicos sirviendo de altavoz a individuos como el extécnico de la CIA que «hacen el mundo más peligroso». «Lo que Snowden ha hecho efectivamente y lo que algunos periódicos le ayudan a hacer es convertir en mucho más difícil la protección de nuestros países y de nuestra población», subrayó el líder tory.

Aunque avaló el breve comunicado emitido por el Consejo criticando estos hechos, anunció que no se sumará a esta nueva alianza Berlín-París porque el trabajo de sus servicio de Inteligencia no lo necesita.

documentos secretos manejaría el antiguo analista de la NSA Edward Snowden sobre la implicación de «un país de la OTAN», que no se precisa, en el espionaje de EE UU a Rusia, Irán y China, según el diario 'The Washington Post'. Las autoridades estadounidenses están advirtiendo a algunos servicios secretos extranjeros ante la posibilidad de que esta información se divulgue.