El IVA de caja no resuelve el problema de la doble contabilidad
MADRID. Actualizado: GuardarEl Consejo de Ministros aprobó ayer el desarrollo reglamentario del nuevo régimen especial del IVA de caja. Lo más positivo del sistema que entrará en vigor el próximo 1 de enero es que autónomos y pequeñas empresas (pymes) no tendrán que adelantar el pago del impuesto por aquellas facturas aún no cobradas, al igual que tampoco podrán desgravárselo si son ellos quienes tienen pendiente una deuda.
Pero también hay un claro aspecto negativo, advertido tiempo atrás por los asesores fiscales, que no ha sido resuelto y puede resultar contraproducente para las pymes. Aquellas empresas que no se acojan a este sistema tendrán que llevar una doble contabilidad (para computar ambas formas de IVA y los pagos correspondientes), con especial incidencia en los proveedores.
Las grandes compañías ya han mostrado su recelo con un modelo que va a ocasionar bastantes molestias a sus departamentos financieros; primero, por el considerable aumento de papeleo que van a sufrir en aquellos trabajos que contraten con pequeñas empresas y autónomos y, segundo, porque se va a reducir su flujo de caja al no poder restarse el IVA de sus facturas hasta que las abonen.
Algunas empresas se han planteado incluso prescindir como proveedores de las 'pymes' que se acojan al IVA de caja. Sostienen que tienen automatizado desde hace años su sistema de tributación para ahorrar costes, y que un cambio de esas características podría descuadrarlo, lo que les obligaría a dedicar más medios a esa tarea contable. Pese a ello, las asociaciones de autónomos -que en 2012 adelantaron 1.000 millones por facturas no cobradas- y la confederación de la mediana empresa (Cepyme) aplauden que se haya dado respuesta al problema.