Un hombre posa junto a uno de los grafitis de Banksy, en Nueva York. :: CARLO ALLEGRI / REUTERS
Sociedad

Banksy, el grafitero más buscado

El alcalde de Nueva York ordena la búsqueda y captura del artista urbano, a la vez que ordena eliminar sus obras de la paredes

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Varón, blanco, de entre 28 y 35 años, rubio y con un diente de plata. Esa es la descripción del hombre más buscado de Nueva York. Su nombre es Banksy y lo único cierto que se sabe de él es que es ciudadano británico. Su delito: regalar a los ciudadanos con auténticas obras de arte en paredes de edificios ruinosos, muros o subterráneos. Sin embargo, su arte, el grafiti, parece que no es del gusto del alcalde de la ciudad de los rascacielos, Michael Bloomberg, que le ve sólo como un gamberro que se dedica a «pintarrajear» y ensuciar las paredes.

Este empresario metido a labores de primer edil asegura que Banksy es una «amenaza para la propiedad privada», porque la «destroza» y sus dibujos son «señal de decadencia». De esta manera ha ordenado a la Policía Metropolitana que proceda a buscar y a detener al autor de los grafitis más conocidos de la ciudad. Por este motivo y, desde primeros de mes, cualquier joven vestido con ropas anchas, gorra y que camine por una calle de Nueva York con espray de pintura en la mano es sospechoso de ser Banksy. Pero el alcalde Boomberg no es el único que detesta a Bankys. Al resto de grafiteros neoyorquinos tampoco le gustan del arte de este hombre, por lo que sus obras son rápidamente destruidas.

El arte de este artista callejero, sobre el que hay numerosas teorías referentes a su procedencia u formación, se produce allí donde él elige. Sin embargo, también hace trabajos por encargo. Greenpeace, la cadena de televisión MTV o la marca deportiva Puma han pagado por sus obras.

Combina el dibujo arquitectónico, con el hiperrealismo para criticar a políticos o recrear otras obras de arte. En sus temas aparecen en numerosas ocasiones, soldados, policías, trabajadores públicos o niños. Ha llegado a poner en manos de la Monalisa un bazoka anticarro, a la muerte remando por Bristol o a Carlitos de pirómano, bidón de gasolina incluido. El llamado 'muro de la vergüenza' en los territorios ocupados por Israel en Cisjordania alberga una de sus célebres pinturas.

Ese arte con el que quiere acabar Bloomberg también cuelga en las paredes de los museos. Si embargo, sus lienzos no entraron por la puerta principal. El propio Banksy los colgó uno a uno en las salas de pinacotecas de renombre como Tate Modern Galery o el Museo Británico, en Londres; en el Moma, el Museo Metropolitano de Arte, el Museo de Brooklyn y el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York.

'Los Simpson' hicieron hueco en la serie a este grafitero dedicándole un episodio en el que la ciudad de Springfield amanece llena de grafitis.