El convoy siniestrado, sobre el andén de la estación Once. :: EFE
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Cobra fuerza la hipótesis de un sabotaje en el accidente ferroviario de Buenos Aires

BUENOS AIRES. Actualizado: Guardar
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La posibilidad de un sabotaje emerge con fuerza según transcurren las horas y avanza la investigación del accidente ferroviario que el sábado por la mañana dejó en Buenos Aires más de cien heridos. El conductor, ingresado en un hospital e incomunicado, «tiene muchas cosas que explicar», dijo ayer el secretario de Seguridad de Argentina, Sergio Berni.

Como si se tratara de una línea maldita, una vez más fue el ramal de Sarmiento, que atraviesa populosos distritos de los suburbios de Buenos Aires hasta llegar al centro de la ciudad, el protagonista del accidente. El tercer siniestro serio en apenas 20 meses. En este caso, sin embargo, las sospechas no se centran en problemas mecánicos o en un fallo humano, sino en un sabotaje sindical. Lo apuntaron el mismo sábado dirigentes del oficialismo, provocando la indignación del sindicato de maquinistas y el rechazo de la oposición al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Las declaraciones de Sergio Berni a la emisora Radio 10 fueron ayer muy explícitas: el conductor, Julio Benítez, tendrá que informar «por qué llegó a la estación a una velocidad mayor a la indicada, o por qué estaba el disco de la cámara de seguridad en su mochila». También insinuó que «cerca de las elecciones siempre pasan cosas que después son difíciles de explicar», en referencia a la celebración de las legislativas el 27 de octubre.

El accidente fue muy aparatoso aunque no se registraron víctimas mortales. En el mismo andén de la misma estación Once donde murieron 51 personas y 700 quedaron heridas en febrero de 2012, el convoy, que venía al doble de la velocidad permitida en ese tramo, se montó sobre el andén y restregándose contra el techo del hall desafió con alcanzar los molinetes. El conductor fue retirado herido mientras los pasajeros le disparaban insultos. El más oído: «¡asesino!».

El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, aseguró que el tren había sido revisado, que el conductor no avisó de ningún fallo y que el hombre, antes de partir, fue sometido a un examen de alcoholemia.