A DOS VELAS

Doce años después el Xerez CD se vio abocado a jugar fuera de Jerez un partido como local. Lamentable era la situación por entonces, pero mucho más lo es ahora, no ya por la falta de entendimiento entre instituciones para llegar a un acuerdo y no manchar la imagen del club y la ciudad, sino por los motivos que le obligan a 'refugiarse' en Rota.

Es intolerable que personas que encabezan la representación de grupos numerosos, a las que se le presupone cierta preparación y grandes dosis de sentido común, permitan que un puñado de descerebrados, que se dedican a tirar botellas y romper cristales de autobuses mientras un grupo de jóvenes hace deporte, ponga a Jerez en el mapa como una localidad problemática y violenta, cuando no lo es, y terminen admitiendo su escasa capacidad para gestionar situaciones de conflicto, con 'soluciones' que perjudican precisamente a aquellos que no tienen responsabilidad en el asunto.

Que el Xerez CD tiene dificultades económicas casi insalvables es algo notorio, que sus recursos no han sido administrados adecuadamente durante muchos años, también. Pero nada, absolutamente nada, justifica la actitud que algunos están teniendo alrededor de este tema. Hablamos de deporte y como tal los que se deben pronunciar en primer lugar son la RFEF, la FAF y la LFP, en función de las competiciones ante las que deba responder y los hechos que deban juzgar. La base del conflicto radica quizá en que ni siquiera estos estamentos tienen un punto de vista común y aprovechan también el caso del Xerez CD para tirarse los trastos a la cabeza indirectamente. Donde algunos ven justicia otros denuncian «trampas». Y mientras tanto aquellos que no puedan ver al Xerez CD en Jerez se quedan a dos velas.

Tan malo es que un club sea un cortijo en manos de unos pocos como que todo se convierta en una granja más rebelde que la de George Orwell. Tan injusto es que te faciliten muchas cosas durante años por llamarte Xerez CD como que te las nieguen única y exclusivamente por representar al Xerez CD.