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Juncker repite victoria en Luxemburgo pero el Gobierno está en el aire

El carismático líder, que lleva 18 años al frente del Gran Ducado, deberá pactar con socialistas o liberales para gobernar

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Se cumplieron los pronósticos y el Partido Social Cristiano (CSV) de Jean-Claude Juncker, el carismático líder luxemburgués y uno de los rostros políticos más conocidos de la UE, volvió a ganar ayer con cierta holgura las elecciones de su país aunque deberá esperar a las negociaciones entre las diferentes fuerzas políticas del país para saber si después de 18 años al frente del Gobierno del Gran Ducado seguirá al frente del Ejecutivo hasta 2018. Y para ello, según los datos provisionales publicados al cierre de esta edición, necesitaría el apoyo de 7 escaños, ya que su partido, el CSV, se hizo con 23 diputados, 3 menos que en 2009 (la Cámara tiene 60). Juncker, pese al retroceso, se mostró «satisfecho».

La distancia con sus competidores -los liberales (DP) de un Xabier Bettel que logró igualar a los socialistas (LSAP) de Etienne Schneider-, fue tan considerable como insuficiente. Tanto, que una inédita unión entre el LSAP (repite los 13 de 2009), el DP (13 escaños, 4 más) y Los Verdes (DG) de Francois Bauch (pasan de 7 a 6) podría postrar a Juncker a una oposición que los democristianos no conocen. Desde la II Guerra Mundial y con la excepción de 1974, han liderado el pequeño Gran Ducado -tiene sólo 530.00 habitantes- de forma ininterrumpida.

En el caso de Juncker (Redange, 9 de diciembre de 1954), además de ser presidente en los últimos 18 años, ha ocupado también relevantes cargos de los distintos ejecutivos en las últimas tres décadas. Todo ello sin contar que fue el primer presidente del Eurogrupo entre 2005 y 2013, teniendo que lidiar la mayor crisis del euro desde su creación.

Sin embargo, estas elecciones son diferentes al resto ya que se han visto condicionadas por el estallido del 'caso Bommeleeër' -escuchas ilegales y malversación de fondos- en el que se ha visto implicado el Servicio Secreto del país (SREL) y que provocó la dimisión de Juncker en julio al perder el apoyo de su socio de Gobierno, el LSAP. De hecho, el candidato socialista ha sido el ministro de Economía de Juncker.

Dimitió pero dos terceras partes de sus conciudadanos no estaban a favor, lo que evidencia el peso que Juncker tiene en un rico país con un paro que no llega al 6% y donde el PIB per cápita es 2,7% superior al de la media comunitaria. En lo político, sin embargo, este caso será crucial a la hora de tejer nuevas alianzas.