Hacienda reabre el debate sobre una rebaja de la tributación de las grandes empresas
El director general de Tributos reconoce que es una hipótesis que está sobre la mesa de los expertos que diseñan la fiscalidad del futuro
MADRID. Actualizado: GuardarEl Ministerio de Hacienda reabrió ayer, a su pesar, el debate en torno a una posible rebaja del tipo del Impuesto de Sociedades a cambio de profundizar en la eliminación de la maraña de deducciones que ha permitido a las grandes compañías tributar muy por debajo del tipo efectivo. La rebaja del tributo que grava los beneficios de las empresas es una vieja demanda patronal y figura entre las opciones que están sobre la mesa de la comisión de expertos presidida por el catedrático Manuel Lagares, que deberá presentar en marzo de 2014 su propuesta de reforma integral del sistema fiscal para adaptarlo a la realidad de la España poscrisis.
La noticia emergió a raíz de unas declaraciones realizadas por el director general de Tributos, Diego Martín Abril, quien abrió la puerta a una rebaja del tipo del Impuesto de Sociedades (hoy fijado en el 30% con carácter general y en el 25% para las pymes) durante la clausura en Málaga del XXIII Congreso de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado.
Martín Abril defendió en ese marco la conveniencia de acercar el tipo efectivo de Sociedades al vigente en los países del entorno europeo, mediante la supresión de los mecanismos que hoy permiten a las empresas (sobre todo a las de mayor tamaño) reducir su tributación real muy por debajo del tipo nominal.
Preguntado por la posibilidad de una bajada del gravamen nominal que compense esa poda de las bonificaciones, el alto cargo de Hacienda respondió que «no se descarta» y admitió que «es una hipótesis que está sobre la mesa y sobre la que tendrán que pronunciarse los expertos». Además, cifró en más de 30.000 millones de euros el impacto del conjunto de cambios normativos derivados de la futura reforma tributaria. Una mejora de la recaudación que ya contempla el proyecto de Presupuestos Generales del Estado.
Poco después el Ministerio de Hacienda intentaba desde Madrid y a través de su servicio de prensa rebajar las expectativas generadas por las palabras de Martín Abril. Según un portavoz del departamento que dirige Cristóbal Montoro, el origen de la polémica está en «una reflexión» personal del director general de Tributos en el marco de la reforma general del sistema fiscal.
Las fuentes de Hacienda consultadas explicaron que «la línea» en la que trabaja el Gobierno consiste en «ir suprimiendo deducciones y seguir acercando el tipo efectivo al real». Y dentro de esa estrategia el Ejecutivo podría optar por «mantener el impuesto tal como está o adaptarlo al entorno para que la competitividad no se vea afectada». «Nada es descartable en el marco de una reforma fiscal, podría ser una línea de trabajo, pero ahora mismo no se está estudiando nada», recalcaron estas fuentes.
Acercamiento al entorno
Rebajar el tipo nominal del Impuesto de Sociedades puede aumentar el atractivo de España como país receptor de inversiones y generar un efecto llamada que atraiga a empresas extranjeras, pero el alcance real de esta decisión será limitado. De nada servirá bajar el gravamen oficial del 30% al 25%, por ejemplo, si no se elimina la infinidad de beneficios -entre deducciones, bonificaciones y excenciones- que alejan la tributación efectiva de la nominal.
En 2006 el entonces Ministerio de Economía y Hacienda, encabezado en aquella época por Pedro Solbes, ya aplicó una rebaja de cinco puntos del tipo nominal, desde el 35% hasta el 30% actual y aseguró que se realizaría a cambio de una «poda progresiva» de deducciones. El problema es que, pese a todas las medidas adoptadas desde entonces en esa línea, la tributación media de las empresas está todavía en el entorno del 12%. En el caso de las corporaciones de mayor tamaño es mucho menor, en torno al 5%, según datos extraídos de la memoria anual de la Agencia Tributaria.
De ahí que el argumento de acercar la tributación efectiva de las empresas al entorno europeo se preste también a todo tipo de interpretaciones por la disparidad de gravámenes existentes. En Hacienda descartan que España avance hacia un modelo como el irlandés, basado en un impuesto mínimo, del 12,5%, que ha convertido al país en polo de atracción de multinacionales pero con la consiguiente merma de ingresos del Estado. Sugieren que el objetivo sería aproximarse a Alemania e Italia, donde el tipo nominal es del 29,8% y del 27,5%, respectivamente. En Reino Unido está en el 23% y en Francia en el 36,1%.