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Wikileaks: guerra abierta en la gran pantalla
El fundador de la web tilda como «propaganda» el filme de Bill Condon, que a su vez critica al ciberactivista por ser un «adolescente» El estreno hoy de 'El quinto poder' enfurece a Julian Assange
MADRID. Actualizado: GuardarLa polémica está cociéndose y se ha abierto la guerra. Pero como ya sabemos, en tiempos del capitalismo mediático, esto puede ser más beneficioso que contraproducente para un filme. Hoy llega a las pantallas españolas 'El quinto poder', película de Bill Condon ('Dioses y Monstruos', 'Crepúsculo 1 y 2'), levantada por Dreamworks (Disney), que retrata la vida y obra de Wikileaks, la organización internacional sin fines de lucro que publica información secreta y filtra noticias de fuentes anónimas e informantes y que en 2011 llegó a sacar a la luz decenas de miles de documentos de la política exterior de Estados Unidos, principalmente relacionados con las guerras en Irak y Afganistán, marcando un antes y un después en la difusión de información confidencial.
Eso sí, no verán en los carteles anunciadores ni una mención a la organización creada por Julian Assange por razones de derechos, pero al ver la caracterización de uno de los actores británicos de moda, Benedict Cumberbatch, pocas dudas quedan de que se trata del hombre de pelo blanco más conocido del último lustro. El mimetismo que ha logrado Cumberbatch con el ciberactivista es asombrosa, a pesar de que el actor nunca se reunió con la persona real para preparar su personaje.
A Julian Assange el asunto no le ha gustado un pelo, tildando la película de «propaganda». Assange, que vive refugiado en la Embajada de Ecuador en Reino Unido para impedir que se lo extradite a Suecia por el juicio por abusos sexuales que tiene abierto, filtró el guión de 'El quinto poder' a internet, acompañado de una carta abierta al actor protagonista, en que llamaba a la película «tóxica» y basada en «una versión distorsionada de la verdad».
Desde luego que el ciberactivista no puede estar de acuerdo con la visión que se da de él en la pantalla grande: un tipo profundamente inestable, egocéntrico en extremo y con un desmedido afán de protagonismo. Un mesías de la era moderna, con todo el peligro y beneficio que ello pueda tener.
La historia que cuenta el filme está basada en dos libros críticos con Assange , uno de ellos 'Inside Wikileaks', escrito por Daniel Domscheit-Berg, interpretado en la cinta por Daniel Brühl. El exportavoz de Wikileaks fue el informático que ayudó a Assange a montar el portal desde el que filtrarían la información confidencial y protegerían a sus informantes. Su conflictiva relación con el australiano aparece retratada en la película. El otro, 'Wikileaks: Inside Julian Assange 's War on Secrecy', de dos periodistas de The Guardian, uno de los medios que participó en la divulgación conjunta de los secretos estadounidenses en la acción periodística coordinada más importante en lo que va de siglo XXI.
Efectista y retórica a ratos, sobre todo en las divagaciones visuales de tipo onírico que salpican la película a modo de parábola, 'El quinto poder' está montada a medio camino entre el thriller conspiratorio y el retrato del líder, y que tanto puede tener en común con los últimos retratos de emprendedores de los medios que hemos visto en los últimos años, desde 'Jobs' a 'La red social'.
En respuesta, y devolviendo el golpe como en un combate de boxeo despiadado, Assange y un grupo de periodistas de Wikileaks acaban de estrenar 'on line' un documental 'road movie' que pretende contrarrestrar la visión «propagandística», que según la organización, tiene el filme de Bill Condon. Su nombre es 'Mediastan' y sigue el proceso de cómo Wikileaks publicó secretos diplomáticos de Estados Unidos en 2011, acompañando a una serie de periodistas de la organización en viajes a oriente medio y EE UU. El director de 'El quinto poder', Bill Condon, ha respondido recientemente desde su lado del ring, afirmando que Assange «no sabe distinguir entre sí mismo y Wikileaks, como si la organización y la persona fueran la misma cosa». Condon estima que el australiano intenta controlar lo que la gente dice de él. «Es como un adolescente que tiene que probar que está en lo correcto en todo», dijo en una entrevista a 'The Verge'.