La primera Cumbre Iberoamericana sin corona
Los gobernantes se citan hoy en Panamá con las ausencias del Rey y los mandatarios de Brasil, Argentina, Chile o Venezuela
Actualizado: GuardarLa XXIII Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Panamá entre hoy y mañana contará con notables ausencias entre los jefes de Estado y de Gobierno de los 22 países miembros, una circunstancia que se ha convertido en tónica general de las últimas convocatorias con la excepción de la celebrada el año pasado en Cádiz. Habrá una en particular que destacará por encima del resto. Por primera vez don Juan Carlos no se sentará junto al resto de mandatarios iberoamericanos. La convalecencia tras su última intervención de cadera impedirá al Rey asistir a un evento del que ha sido uno de sus máximos impulsores desde su creación en 1991 a iniciativa de España y México.
Además del Rey tampoco acudirán a Panamá los mandatarios de algunos de los principales países latinoamericanos. De esta forma, entre otros, no participarán en la Cumbre la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; de Chile, Sebastián Piñera; de Venezuela, Nicolás Maduro; o de Ecuador, Rafael Correa. Tampoco estará, como es costumbre, el presidente cubano.
Pero don Juan Carlos no estará del todo ausente. A propuesta del secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, el Monarca se dirigirá a través de un vídeo a los líderes políticos reunidos en Panamá. Será la única participación de la Corona en la agenda oficial ya que el papel del Rey en la Cumbre no puede ser representado por el Príncipe de Asturias al no ser jefe de Estado. Pese a no ocupar un lugar central en las deliberaciones, don Felipe asistirá en calidad de invitado a la cena de gala que el presidente panameño, Ricardo Martinelli, ofrecerá los asistentes a la reunión. El heredero de la Corona sí representará a su padre en la inauguración del VI Congreso Internacional de la Lengua Española y en la conmemoración del V centenario del descubrimiento del Océano Pacífico por Vasco Núñez de Balboa.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, encabezará la delegación española. Al margen del tradicional almuerzo con el presidente de México, el jefe del Ejecutivo no tiene fijados de antemano encuentros bilaterales aunque se da por descontado que mantendrá una ronda de contactos. No en vano estos diálogos personales y sin agenda en el llamado 'retiro' con los gobernantes a solas están considerados uno de los momentos más provechosos de estas cumbres. En sus conversaciones Rajoy incidirá ante sus homólogos en que la economía española ha iniciado la senda de la recuperación, un mensaje que transmite en todos sus desplazamientos internacionales.
Compartir embajadas
Entre las propuestas que España planteará en Panamá se encuentra la de compartir legaciones diplomáticas con otros países iberoamericanos con el objetivo de ampliar y hacer más eficiente la presencia diplomática en el exterior. En este sentido, el secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Jesús Gracia, recuerda que esta es una iniciativa que ya se ha puesto en marcha con éxito en los Institutos Cervantes y que «puede servir para mejorar de forma notable aspectos consulares y comerciales» de los países que participen.
La seguridad jurídica de las empresas que invierten en América Latina volverá a estar encima de la mesa en esta Cumbre. Las recientes expropiaciones por parte de los Gobiernos argentino y boliviano de filiales de empresas españolas ha convertido este tema en uno de los más sensibles para el Ejecutivo. A pesar de los ejemplos dados por Cristina Fernández de Kirchner y Evo Morales, el secretario de Estado considera que América Latina es «un continente en el que existe seguridad jurídica, y por eso recibe mucho inversión extranjera y española». Gracia reconoce, sin embargo, que «hay excepciones que son las que lamentablemente generan los titulares y las dificultades», una referencia que sin duda apunta a Argentina y Bolivia.
El secretario de Estado no oculta que en los dos años de Gobierno de Rajoy «se han esquivado algunas crisis recurrentes con países como Bolivia o Venezuela». «Estas situaciones -añade- se encararon desde una posición constructiva de tal manera que el conflicto no se convirtiese en un problema crónico». Y es que Gracia es tajante respecto al interés de España por mantener una estrecha cordialidad con sus socios del otro lado del Atlántico: «Hoy en día la relación con América Latina es un activo que no solo debemos preservar sino también impulsar».