BMW invierte en Merkel
Un donativo de 690.000 euros a la CDU desata la polémica al coincidir con el bloqueo alemán a una normativa de la UE que endurece las emisiones de CO2 para vehículos
BERLÍN. Actualizado: GuardarBienvenido, pero engorroso. Así puede calificarse el generoso donativo de la multimillonaria familia alemana Quandt a la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la canciller federal, Angela Merkel. La formación conservadora confirmó ayer que los tres mayores accionistas del grupo automovilístico BMW habían ingresado el pasado 9 de octubre en sus arcas 690.000 euros en una operación absolutamente legal y declarada a la Administración del Bundestag, la Cámara baja. La legislación alemana obliga a los partidos a declarar al momento y ante el Parlamento el origen de cualquier donativo que supere los 50.000 euros.
No es la primera vez que Johanna Quandt y sus hijos Stefan y Susanne entregan donativos a la CDU -en esta ocasión 230.000 euros cada uno-, pero también es cierto que la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), el Partido Liberal (FDP) y hasta el Partido Socialdemócrata (SPD) se han beneficiado en el pasado de su generosidad. Lo engorroso en esta ocasión es que el donativo sale a la luz justo después de que el correligionario de Merkel y ministro alemán de Medio Ambiente, Peter Altmaier, bloqueara el lunes en Luxemburgo un compromiso de la Unión Europea para endurecer la normativa sobre emisiones de CO2 para automóviles. La nueva normativa perjudicaría especialmente a los fabricantes de vehículos de gran cilindrada, entre los que se cuentan no sólo BMW, sino otras marcas alemanas como Mercedes, Audi o Porsche.
Mientras desde la CDU se apresuraron a negar toda relación entre el donativo y la resistencia del Gobierno alemán en Bruselas a limitar aún más las emisiones de CO2 de los automóviles, los partidos de la oposición han aprovechado la ocasión para criticar con suma dureza a la canciller y su partido, sospechosos ahora de venderse a la industria a juicio de SPD, Los Verdes y representantes de La Izquierda.
La diputada ecologista Bärbel Höhn subrayó la «casualidad» del momento del donativo y aseguró que su grupo parlamentario exigirá explicaciones. El vicepresidente del grupo parlamenrio del SPD, Ulrich Kleber, comentó en Twitter que la CDU no se avergüenza de recibir tan rumbosa suma de «quienes se benefician de la resistencia de Merkel» a las nuevas normativas medioambientales. Y la destacada política de La Izquierda Sarah Wagenknecht aseguró que el Gobierno federal «no podrá eliminar la sospecha de que es comprable», ya que «la relación temporal entre el gran donativo y el bloqueo favorable al lobby automovilístico alemán de la más estricta normativa para las emisiones de CO2 por el actual Ejecutivo de Merkel es demasiado grande».
Decidido a principios de año
A su vez, la organización LobbyControl subrayó que «el más alto donativo del año electoral de 2013 se ha producido a menos de un mes de los comicios. Surge la pregunta de si la familia Quandt quería realmente no verse involucrada en la campaña». Círculos gubernamentales afrontaron las críticas argumentando que Merkel siempre ha tratado de encontrar el equilibrio entre la deseable defensa del medio ambiente y la competitividad del sector automovilístico, la vaca sagrada de la industria alemana.
Sin embargo, el portavoz oficial de la canciller, Steffen Seibert, rechazó pronunciarse sobre el tema y se remitió a la CDU, que son al fin y al cabo los beneficiarios del donativo. Y desde el partido se emitió un breve comunicado en el que se recordaba que la familia Quandt apoya a los conservadores desde hace años con donativos privados «con independencia de si se encontraban en el gobierno o en la oposición» y que ese dinero «nunca ha estado o está relacionado con determinadas decisiones políticas».
Por su parte, un portavoz de la familia Quandt, propietaria prácticamente de la mitad del capital de BMW y cuyos miembros reúnen juntos la mayor fortuna familiar de Alemania, se limitó a comentar que la concesión del donativo se había decidido ya a principios de año, pero que no se hizo efectivo hasta después de las elecciones del pasado 22 de septiembre para no verse involucrados en la campaña electoral.
Johanna Quandt es propietaria del 16,7% de las acciones de BMW, mientras su hijo Stafan Quandt controla el 17,4% y su hija Susanne Klatten el 12,6%. El resto del capital se encuentra muy disperso entre distintos inversores. Madre e hijos forman parte tradicionalmente de los industriales que apoyan económicamente a los conservadores alemanes. En las elecciones anteriores de 2009 cada uno de ellos hizo llegar a la CDU 150.000 euros.