Atentado de ETA con coche-bomba en el que falleció el brigada Luis Conde en 2008. :: TELEPRESS
ESPAÑA

Condenados a 485 años los tres etarras que asesinaron con «perversidad» al brigada Conde

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Con especial perversidad». Cien kilos de explosivos orientados para provocar el máximo número de fallecidos y apenas 35 minutos entre el aviso de ETA y la detonación. Todo ello a la medianoche de un 22 de septiembre de 2008, con 26 personas descansando en la residencia militar de la localidad cántabra de Santoña.

Con esta crudeza relata la sentencia de la Audiencia Nacional el atentado terrorista que acabó con la vida del brigada Luis Conde de la Cruz, de 46 años, casado y con un hijo. Fue el último miembro de las Fuerzas Armadas asesinado por ETA, cuyos tres autores, Iñigo Zapirain Romano, Beatriz Etxebarria Caballero y Daniel Pastor Alonso, fueron condenados ayer a 485 años de cárcel cada uno y a indemnizar a la familia con 500.000 euros.

El brigada Conde trabajaba en la Academia de Artillería de Segovia y en septiembre de 2008 se desplazó a Santoña a pasar unos días de vacaciones con su familia en el patronato militar. No era un objetivo directo del 'comando Otazua' de ETA, pero sí la única víctima mortal de aquella potente explosión, que le cogió de lleno cuando trataba de abandonar a toda prisa junto a su mujer el edificio castrense.

La explosión fue tal que dejó un cráter de cuatro metros y desperfectos a 180 metros a la redonda. Solo la residencia militar sufrió daños por 5,1 millones. «Todo fue un caos», dice el fallo de la sección primera de la Sala Penal. Desde la explosión, pasada la una de la madrugada, lo que aumentó el pánico y el desvalimiento de las víctimas, hasta la «crueldad» de la muerte del brigada, «que cayó destrozado por la metralla y todavía agonizante ante su esposa». Fallecería media hora después. También el desconcierto del servicio de emergencias relatado por la viuda Lourdes Rodado.