
El largo camino hasta el Matadero
Hoy se entregan las 102 viviendas de la primera fase de este polémico proyecto
CÁDIZ. Actualizado: GuardarSabiendo que el destino final es acabar en el Matadero, el camino no podía ser fácil. Han sido más de diez años de trámites, desalojos, caballos, proyectos y broncas políticas, pero por fin hoy se entregan las llaves de las 102 viviendas de la primera fase de Matadero.
Ha sido una historia larga que se ha hecho más larga aún por la infinidad de problemas que la han aliñado desde el comienzo. Las obras tenían que haber durado 22 meses y han tardado 120, sólo eso da una idea de lo tortuoso del proceso.
El edificio de pisos que será ocupado desde hoy mismo se ubica en la parcela en la que antiguamente estaba el Matadero de la ciudad. El terreno fue cedido por el Ayuntamiento de Cádiz a la Junta de Andalucía a principios del año 2001, pero no fue hasta dos años después cuando puso disponer del mismo, ya que hasta ese momento sirvió para el almacenaje de materiales de las obras del soterramiento. Ya en 2003, cuando el proyecto de 102 viviendas era aún de 204, se adjudicaron las obras de la primera fase a una UTE. El problema es que nadie contaba con que había 'okupas' en la última nave que quedaba por demoler del antiguo Matadero. Allí vivían, en una improvisada cuadra, los últimos caballos de la ciudad. El litigio hasta lograr que su propietario, un cochero, los sacara de allí fue lento, demasiado, decisivo para que todo comenzara a torcerse. Por fin en febrero de 2005, y después de que el Ayuntamiento no pudiera hacer nada por desalojar a los caballos y su dueño, fue la Junta la que consiguió llegar a un acuerdo con este y pudo disponer del terreno.
Pero ese parón inesperado trajo consigo otra consecuencia, y es que la constructora pidió entonces más dinero que el que se fijaba en el contrato inicial, aduciendo a que en ese tiempo el precio de los materiales había subido. La Junta entonces tenía dos pociones: acceder a la petición de la UTE o rescindir el contrato, indemnizar a la adjudicataria y comenzar de nuevo la licitación del proyecto. Se optó por esta última opción y los trabajos fueron de nuevo adjudicados en diciembre de 2005.
También en ese año 2005 se firmó el convenio por el que la Junta de Andalucía se comprometía a entregar los pisos al Ayuntamiento para que pudiera realojar a las familias a las que venía pagando el alquiler a través de Asuntos Sociales desde hacía años. En un primer momento la Junta se reservaba un buen número de pisos para este mismo fin, pero los mismos se terminaron permutando por otros en el barrio de Astilleros.
Las obras desde entonces fueron a un ritmo lento. Más aún cuando en 2009 la nueva adjudicataria, DHO, se declarase en concurso de acreedores, y tras un largo parón, con caducidad de licencias de obras y otros problemas burocráticos de por medio, se volvieron a adjudicar para que por fin en 2011 se dieran por finalizados los trabajos. Pasó otro año para que la Junta entregase el edificio al Ayuntamiento y otro año más para que el Consistorio terminase la valoración de las familias a las que pertenece cada vivienda.
Hoy se entregan las llaves, pero quedan flecos por resolver. Se ha llegado al Matadero, pero el camino sigue. Y si hablamos de la segunda fase, el recorrido va camino del calvario.