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Los números no son lo nuestro

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Aunque muchos lo sospechaban, ya es oficial y público que los números no son nuestro punto fuerte. Con los datos del PIAAC o, lo que es lo mismo, el PISA internacional que evalúa, en comprensión lectora y en matemáticas, a la población de entre 16 y 65 años, se nos resuelven las dudas que teníamos sobre las maneras que tienen algunos de hacer las cuentas. No es que en comprensión lectora nos vaya especialmente bien. De hecho, el promedio de la población evaluada se encuentra en un nivel en el que se tienen dificultades para interpretar textos densos como, por ejemplo, entender adecuadamente prospectos de medicamentos, situación que, sin duda, les viene a algunos de perlas para tratar de confundir al personal y hacernos creer que el copago sanitario, aquel que el gobierno de Zapatero se planteó implantar, es lo mismo que la aportación que hacemos, desde siempre, cuando adquirimos un medicamento. Pero siempre nos queda el consuelo de que, entre los 23 países evaluados, Italia está todavía peor. Ese consuelo no nos sirve en el caso de las matemáticas, área en la que somos los campeones del fracaso. La cosa está tan mal que en algunos países, como Suecia, Japón, Países Bajos, Austria, Eslovaquia o Dinamarca, los bachilleres y los titulados de FP de Grado Medio obtienen iguales o mejores resultados que los universitarios españoles. Resulta que, en el nivel de matemáticas que tenemos de promedio, a la cola de todos los países, nos encontramos con problemas para interpretar estadísticas, para extraer información matemática de situaciones reales o para resolver problemas de varios pasos como, por ejemplo, gestionar presupuestos. Ahora nos explicamos tantas cosas. Ahora podemos entender que eso de los brotes zapateriles significaba acumular deudas sin pagar por valor de 16.000 millones de euros en sanidad. Ya podemos comprender la foto de los rectores con Griñán, en defensa del sistema andaluz, cuando la deuda de la Junta con las universidades andaluzas asciende a más de 800 millones de euros, de los que cerca de 42 millones se debe a la de Cádiz. Las cuentas del Gran Capitán, lo que explica también el ataque furibundo de algunos a la nueva LOMCE. No vaya a ser que aprendamos matemáticas.