Operarios malteses ayudan a dos niños a desembarcar, ayer, en el puerto de La Valeta. :: MATTHEW MIRABELLI / AFP
MUNDO

Italia desespera en el «cementerio» de sus aguas

Prosigue la localización de cadáveres de los inmigrantes fallecidos en los naufragios mientras Lampedusa se queda sin lugar para los muertos

ROMA. Actualizado: Guardar
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Con el drama de la inmigración más latente que nunca, los servicios de rescate italianos recuperaron ayer otros 20 cadáveres del naufragio del 3 de octubre frente a las costas de Lampedusa, con lo que ya ascienden a 359 los cuerpos recuperados de una tragedia cuya magnitud no se recordaba desde hace más de una década. A falta de cuatro víctimas por localizar, las operaciones de búsqueda casi han concluido en la zona. Pero los problemas van en aumento. Los equipos de salvamento proseguían sus esfuerzos en aguas territoriales de Malta para localizar a los desaparecidos de otro siniestro que ha costado la vida a 34 personas.

En la embarcación que se hundió el viernes por la tarde al sur de Malta y Lampedusa viajaban entre 230 y 250 personas -entre los que destacaba la presencia de sirios y palestinos- cuyo destino era la pequeña isla italiana situada al sur de Sicilia. El barco se desestabilizó y volcó cuando los inmigrantes empezaron a moverse hacia el mismo lado de la embarcación para llamar la atención de un avión militar.

La marina maltesa envió rápidamente barcos de rescate y helicópteros y desplazó al lugar a varios navíos comerciales, mientras que las autoridades de Roma enviaron buques militares y helicópteros que lanzaron lanchas hinchables. «Hay que luchar contra los mercaderes de la muerte, porque si no actuamos contra ellos, no podremos frenar este éxodo de migrantes», declaró ayer el ministro de Interior italiano, Angelino Alfano. El mensaje del también número dos del Ejecutivo transalpino se sumó a la indignación expresada por el primer ministro maltés, Joseph Muscat. «El Mediterráneo se está convirtiendo en un cementerio», aseguró. «En la próxima cumbre europea no dejaré la mesa hasta que no se den soluciones reales», advirtió.

Cuando se realizaban ayer las tareas de rescate, la Guardia Costera italiana tuvo que ayudar a dos embarcaciones en dificultades en el Canal de Sicilia: una lancha en la que viajaban 85 inmigrantes y otra con 185, entre ellos 34 mujeres y 49 menores, que fueron llevados a Lampedusa. La alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, dijo sentirse desbordada y pidió que se trasladen urgentemente los cadáveres a otro sitio porque ya no hay más espacio en el hangar del aeropuerto donde hasta ahora se encontraban.

Nicolini explicó que todas las actividades de Lampedusa están paralizadas pues además de la llegada ininterrumpida de inmigrantes que se agolpan en el centro de acogida, el ayuntamiento también se ocupa de prácticas burocráticas como la identificación de los cadáveres y acoger a los familiares de las víctimas que llegan a la isla.

Algunos de los allegados de los fallecidos piden el traslado de los restos mortales a sus países de origen, mientras decenas de somalíes y eritreos acuden a diario en busca de noticias al saber que sus seres queridos viajaban en el barco pesquero que naufragó en el Mediterráneo hace diez días.