El Tesoro coloca 4.000 millones con una emisión extra a 30 años

El Gobierno ha decidido sacar el máximo partido de la tranquilidad que predomina en los mercados desde hace semanas -la prima de riesgo de la deuda española cerró ayer en los 253 puntos, en línea con la italiana (256)-. Para ello ha ido lanzando varias emisiones extraordinarias, la última de un bono a 30 años, un vencimiento a muy largo plazo (2044) que no ofrecía desde septiembre de 2009.

El éxito, aparentemente, ha sido total, al haber colocado 4.000 millones de euros, si bien la demanda llegó a superar en 2,6 veces (más de 10.600 millones) la oferta. El tipo de interés, del 5,21%, estaba predeterminado de antemano al tratarse de una operación sindicada, en la que el Tesoro recurre a sus creadores de mercado -más de una docena de entidades financieras- para que coloquen directamente entre los inversores una emisión a un precio predeterminado.

El inconveniente de esta fórmula es que suele resultar más gravosa, al no poder rebajar la rentabilidad ofrecida según el nivel de demanda. No obstante, sí permite colocar un volumen mayor de deuda con una distribución más «apropiada» a los intereses del erario público acorde al perfil de los inversores.

En el caso del bono a 30 años, dos tercios (65%) de los suscriptores fueron extranjeros, la mayoría del Reino Unido (28%), Estados Unidos (10%) y los países nórdicos (8%).

En julio el Tesoro ya realizó una emisión similar, aunque esta vez a 15 años, en la que llegó a colocar 3.500 millones frente a una demanda 2,1 veces mayor. Y en enero hizo otra operación sindicada con un bono a 10 años, donde emitió 7.000 millones. En lo que va de año ha captado en el mercado 191.240 millones, incluyendo el 90% de su previsión a medio y largo plazo.