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La memoria de España a través de su imaginario audiovisual
La Fundación Mapfre acoge la muestra 'España contemporánea', un exhaustivo recorrido de dos siglos de fotografía, moda y publicidad
MADRID. Actualizado: GuardarEl 10 de noviembre de 1839 se tomó en España la primera fotografía. Fue un daguerrotipo, procedimiento pionero que revelaba la imagen en una superficie plateada mediante vapores de mercurio. Cuentan las crónicas que aquella instantánea -o no tanto, ya que tardó en capturarse veinte minutos- inmortalizó la Plaza de la Constitución de Barcelona. Su rastro se perdió en una subasta a manos de un pujador anónimo, pero la fecha persiste como 'punto cero' de la memoria visual moderna de los españoles. La Fundación Mapfre recoge tan romántico relato como arranque de 'España contemporánea', muestra que recorre dos siglos a través de una selección que encarna «la aristocracia de la fotografía española». Suma de un conjunto de atuendos diseñados en distintas etapas y material audovisual.
La exposición se encuadra en el ambicioso proyecto editorial titulado 'América Latina en la historia contemporánea'. Para Pablo Jiménez Burillo, director de la Fundación Mapfre, la exhibición es el complemento a un compendio de ensayos elaborado por 270 historiadores «que retratan la historia reciente de cada país». Lo hace con una lectura «más social» de la realidad, frente al relato minucioso de los especialistas plasmado en cinco tomos para cada territorio «con una perspectiva política, económica y cultural».
El reto de la muestra es despojar a las imágenes del «carácter hegemónico» que proyectan, en palabras del comisario Alejandro Castellote. «Hemos buscado obras que retraten una verdad fragmentaria y abierta a discusión», señala. Se ha evitado recurrir a las hemerotecas, primando el retrato de las «clases medias y humildes», que, a su criterio, han sido «sistemáticamente excluidas de las antologías visuales».
En la muestra han colaborado diversas instituciones que han cedido parte de su archivo audiovisual. La selección, que se abre con grabados y daguerrotipos, «auténticas joyas» por su valor histórico, incluye material cedido por Radiotelevisión Española, la Cámara de Comercio, -que aporta un decena de anuncios de los albores de la tele- e incluso el NO-DO, crucial agente en la construcción del imaginario visual español durante casi todo el siglo XX.
Se exhibe «de forma pionera», según la historiadora Amalia Descalzo, un repertorio de trajes y atuendos en un recorrido paralelo al fotográfico. Un camino en el que la emancipación social de la mujer supuso la adopción de una vestimenta más práctica y confortable. Agradece Descalzo que así «se sitúe a la moda como un elemento clave en la historia de un país», que, según asevera, «ha mostrado escasa sensibilidad con su trascendencia real».