Los abogados de los padres de la niña asesinada en Santiago renuncian a la defensa
El juez, después de interrogarlos, ordena prisión comunicada y sin fianza para ambos por un delito de homicidio
SANTIAGO. Actualizado: GuardarNo se sabe qué escucharon durante los testimonios de Rosario Porto y Alfonso Basterra en el interrogatorio sobre el asesinato de su hija Asunta, pero el caso es que los abogados de ambos renunciaron a la defensa. El letrado del padre alegó motivos «técnicos», el de la madre no dijo nada. El juez, después del largo interrogatorio, ordenó el ingreso en prisión de ambos y sin fianza. A las cuatro menos cuarto salieron en el mismo furgón hacia el penal coruñés de Teixeiro.
Tanto Rosario Porto como Alfonso Basterra se encuentran ya en sus celdas después de que el juez decidiera su encarcelamiento por un delito de homicidio, que podría elevarse a asesinato cuando se conozca el resultado de las pruebas toxicológicas. De nada sirvieron las más de tres horas de declaración de cada uno ni que ambos mantuvieran la declaración inicial ante la Policía.
La primera consecuencia es que tendrán que buscarse abogados. Roberto Goris, letrado de Basterra, adujo razones técnicas porque no es penalista y explicó que de común acuerdo con su cliente acordaron que «es mejor que a partir de ahora lo defienda un especialista». Juan Guillán, defensor de Porto y amigo del padre de la mujer, no dio razones y se limitó a decir que lo dejaba.
Ambos, de todas formas, acudieron a la declaración ante el juez. La primera en responder fue la mujer, cuyo interrogatorio ante el instructor José Antonio Vázquez Taín duró casi tres horas y media, en las que la mujer se limitó a mantener su versión inicial, así como a asegurar que no tuvo nada que ver con el fallecimiento de la menor de doce años. Según afirmó, pasó la tarde del sábado recogiendo algunos enseres en su vivienda de Teo, municipio a tres kilómetros del lugar en el que apareció el cuerpo de su hija. La mujer mantiene la versión de que se dirigió a Teo sola, mientras que la pequeña se quedó en su casa de Santiago «haciendo los deberes». Fue al regresar a la vivienda, sobre las nueve y media de la noche, cuando, siempre según su declaración, se percató de que la niña no se encontraba allí ni en el piso de su exmarido, a escasos metros del suyo.
Tres claves incriminatorias
Sin embargo, existen tres claves en la investigación que apuntarían a Rosario Porto como autora del crimen. La primera de ellas sería que la Policía confirmó ayer que los restos de cuerda naranja aparecidos junto al cuerpo de la niña son iguales que los incautados en la vivienda de Rosario Porto en Teo.
A dicha conclusión, habría que sumar que el sedante con el que, según la autopsia, fue drogada la niña antes de ser asesinada era Diazepam, un potente medicamento que habían recetado este verano a la madre de Asunta para tratar ataques de ansiedad. Dos potentes indicios a los que habría que sumar las imágenes de las cámaras de seguridad de dos locales comerciales de Santiago, que grabaron a la mujer al volante de un vehículo en el que también se encontraba la niña a una hora a la que, según su versión, la pequeña ya se daba por desaparecida.
El interrogatorio del padre arrancó pasadas las doce de la mañana. Al igual que el de su mujer, se prolongó durante casi tres horas y media, tiempo en el que el periodista se reafirmó ante el juez en su versión inicial. Sin embargo, fuentes de la investigación aseguraron que existe material en su teléfono móvil que podría implicarle en el crimen aunque, por el momento, no ha trascendido su contenido exacto.