Pedro Morenés viajó ayer a Afganistán para ceder a las autoridades afganas la base de Qala-i-Nao. :: J. C. HIDALGO / EFE
ESPAÑA

España cede a los afganos la base de Qala-i-Nao tras ocho años de misión

El último convoy con 150 soldados y material partirá hoy a Herat, el nuevo centro de la misión militar en Afganistán

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«Esto es Afganistán, aquí se vive al día». El lema que se ha grabado a fuego en los más de 29.000 soldados españoles que desde 2005 han pasado por Badghis, la provincia del oeste de Afganistán, se evaporó ayer para siempre entre la polvorienta calima del lugar. Punto final a una tortuosa aventura en este remoto territorio, donde el analfabetismo y la pobreza extrema conviven con las costumbres feudales, y donde el lucrativo negocio del opio refuerza las tensiones étnicas.

De este desolador escenario, España se ha ido para no volver. Por el camino del largo viaje, «que ha sido regado por la sangre y el sudor de nuestros compatriotas», ensalzó ayer el ministro de Defensa Pedro Morenés, ha quedado sembrada la semilla de la prosperidad a la espera de que los 108 millones de euros invertidos no sean en balde. Pero como «esto es Afganistán» y nada es lo que parece, a día de hoy los interrogantes son más que las certezas sobre el futuro de Badghis, una provincia del tamaño de Cáceres. De momento, la única realidad es que este 25 de septiembre de 2013 se escribirá en las páginas de oro del Ejército como la fecha de la cesión de la 'base Ruy González de Clavijo' de Qala-i-Nao, capital provincial, a las fuerzas afganas.

Se trata de un coqueto cuartel de 70 hectáreas y seis kilómetros de perímetro, con pista de vuelo y una pila de modernos barracones, que fue inaugurado en 2010 por la exministra Carme Chacón y que costó 44 millones. Este es el legado que queda para el Ejército Nacional Afgano junto a los proyectos de cooperación patrocinados por el Ministerio de Exteriores, plasmados en hospitales, escuelas, puentes, proyectos de género, carreteras o potabilizadoras de agua. Un milagro caído del cielo para los 400.000 habitantes del lugar.

«Estamos preparados»

El acto de transferencia consistió en unas palabras de despedida del ministro y del gobernador de Badghis, Ahmadullah Alizahi, en el último barracón acondicionado del cuartel, llamado 'edificio Logroño', ya que el resto de las naves han quedado vacías o están precintadas.

«Estamos preparados para hacer frente al peligro del terrorismo. Nuestro total compromiso para luchar hasta las últimas consecuencias», aseguró el gobernador afgano. «Vinimos a intentar ayudarles de una manera desinteresada, de acuerdo con sus intereses y necesidades, con absoluto respeto a sus creencias y siempre dentro de nuestras posibilidades», apostilló Morenés. Posteriormente, se celebró un acto protocolario que consistió en un arriado definitivo de la bandera de España, el izado del blasón afgano, una simbólica entrega de las llaves de la base y un apretón de manos. Fin del camino.

Atrás quedaron los objetivos operativos cumplidos, 5.000 policías y militares afganos formados, y una cierta estabilidad en la seguridad de la provincia pese a que el negocio del opio, a 150 dólares el kilo, sigue pujante y los 'narcoinsurgentes' campan a sus anchas en las fronteras con Irán y Turkmenistán. Atrás se quedaron también cien vidas -15 de ellas a manos de insurgentes-, las que se cobró Afganistán desde el inicio de la contienda.

Hoy ponen rumbo a Herat, a 157 kilómetros por carretera, el último contingente de 150 soldados acuarteladas en Qala-i-Nao. Lo harán en el denominado 'dromedario', un convoy de 49 vehículos militares y civiles para repatriar material y personal. A este viaje de 17 horas por angostas carreteras de tierra, una batidora física y mental para cualquier humano, lo han llamado 'el último infante', porque será el que tenga el honor de cerrar la puerta, el que dirá adiós para siempre a Badghis. A partir de ahora el futuro militar de España en Afganistán, más allá de la salida de la tropas internacionales a finales de 2014, está en Herat. Todos los esfuerzos económicos de la misión española se centrarán en esta ciudad, donde se acuartelan unos 750 soldados.