Amor desde la trinchera
Una estadounidense recibe una carta de su padre, un soldado caído hace 70 años en Italia durante la Segunda Guerra Mundial
Actualizado: GuardarPeggy nunca conoció a John. No importaba. El sábado, sus ojos se escondieron en agua, en unos enormes lagrimones que cruzaron su cara cuando El Ejército estadounidense, de una forma pública y notoria -muy a la americana- homenajeó a John, al padre caído en el campo de batalla europeo de la Segunda Guerra Mundial. Un progenitor fantasmagórico, habitante de los recuerdos que la madre de Peggy le contaba a su pequeña en la casa familiar.
Porque la guerra truncó la vida de la familia Eddington. John, soldado de primera clase, se fue a combatir a los nazis y nunca volvió. Su vida terminó un día de junio de 1944 en Italia, sin que la familia supiera más detalles. Pero 70 años después, una carta de John llega a Peggy, que solo tenía tres meses cuando su padre murió. El recorrido de esa misiva es todo un misterio. John Eddington escribió unas 16 cartas a su esposa, Helen, desde el frente.
En una de sus últimas, decide escribir a la pequeñaja de la familia, aunque a él le parece un poco tonto hacerlo porque «no sabe leer». «Te quiero mucho», le dice. «Tu mamá y tu papá te vamos a dar todo lo que podamos. Siempre te daremos todo el amor que tenemos», insiste el meloso soldado, que asegura que su pequeña tiene «a la madre más dulce de la Tierra». La misiva, sin embargo, nunca llegó a su destino. Helen, fallecida en 1997, nunca la recibió y desapareció durante más de siete décadas, hasta que Donna Gregory la encontró en una caja que su marido guardaba en la casa de sus abuelos, en Arnold (Misuri). A Donna le picó la curiosidad y buscó a quién podía pertenecer ese texto, además de otros objetos militares. Sus pesquisas la llevaron hasta Peggy, que ahora vive en Dayton (Nevada) y la dos mujeres se pusieron en contacto. «Nos pusimos a llorar cuando me lo contó», señaló el sábado durante el homenaje a su padre, que recibió la Estrella de Bronce y el Corazón Púrpura a título póstumo.
El por qué la carta apareció en la casa de los abuelos de la pareja de Donna es un misterio. En principio, John Eddington no tenía ninguna relación con la familia donde se encontró su texto, aunque solo hay 113 kilómetros de distancia entre Arnold y el pueblo donde nació, Leadwood. Su hija cree que la carta se extravió en el reparto que hizo el Ejército en 1944 y que, por un extraña razón que no saben determinar, acabó en esa casa. Y lo más raro: ni se reenvió a la destinataria ni fue destruida por esta familia.
Peggy vivió en esa zona, cerca de San Luis, hasta los años setenta cuando se mudó a Nevada con sus cuatro hijos después de divorciarse. Su madre tampoco volvió a casarse. «Yo le preguntaba por qué no se volvió a casar y su único comentario fue que ya había encontrado al hombre perfecto y que nunca volvería a encontrar al hombre perfecto», dijo Eddington-Smith. Con lágrimas.