El papa critica el sistema que tiene como «idolo el dinero»
Francisco denuncia las consecuencias de un sistema económico mundial en el que «dos generaciones de jóvenes no tienen trabajo»
MADRID. Actualizado: GuardarEl papa Francisco arremetió ayer contra el sistema económico vigente que tiene como «ídolo el dinero». Durante un su visita a la isla de Cerdeña y ante una multitud entre la que había con desempleados y empresarios afectados por la crisis económica animo a que «luchemos todos juntos contra el ídolo dinero, contra un sistema sin ética, injusto, en el que manda el dinero».
La condena del Papa fue pronunciada tras su llegada a la isla para rendiró homenaje a su patrona la virgen de Bonaria. En un escenario frente al puerto, el Papa se dirigió a «los jóvenes desempleados, a los que tienen un trabajo precario, a los empresarios y comerciantes con problemas para seguir adelante, les expreso mi solidaridad». «Es una realidad que conozco bien por la experiencia que tuve en Argentina. Por ello les digo: ¡Coraje! Tenemos que encarar este desafío histórico con solidaridad e inteligencia», dijo.
Francisco improvisó su intervención para relatar los sufrimientos de su familia, la cual emigró a Argentina a inicios del siglo XX. «Mi padre partió lleno de sueños y sufrió la crisis del 29. Perdieron todo, no había trabajo. (...) Hablaban de ello, sentí ese sufrimiento, lo conozco bien», confesó. «Perdónenme por estas duras palabras, pero donde no hay trabajo falta la dignidad», exclamó.
El Pontífice denunció que «vivimos las consecuencias de una decisión mundial, de un sistema económico que lleva a esta tragedia», explicó. «Dos generaciones de jóvenes no tienen trabajo, el mundo así no tiene futuro», recalcó, para advertir que «para defender ese sistema idólatra, se dejan caer los extremos más débiles, los ancianos, los cuales no tienen un lugar en ese mundo. Se trata de una eutanasia escondida. También caen los jóvenes, que no encuentran su dignidad».
Por la tarde, en la catedral, el Papa criticó «la instrumentalización de la pobreza», inclusive dentro de la Iglesia. «Usar Jesús para la vanidad es un pecado grave», dijo.