
«Hay ganas de disfrutar con la guerra de sexos»
Álex de la Iglesia DirectorEl humor salvaje de 'Las brujas de Zugarramurdi', la gran esperanza de taquilla del cine español, pone patas arriba el Festival de San Sebastián
SAN SEBASTIÁN. Actualizado: GuardarLo tiene todo para reventar la taquilla el próximo viernes. 'Las brujas de Zugarramurdi' es la película más redonda de Álex de la Iglesia en mucho tiempo, una frenética comedia negra protagonizada por dos pringados (Hugo Silva y Mario Casas), que roban 25.000 alianzas de boda en la Puerta del Sol y en su huida acaban en Zugarramurdi a merced de un trío de brujas (Carolina Bang, Terele Pávez y Carmen Maura). Un aquelarre con referencias a la cultura vasca programado fuera de concurso.
-Retrata a las mujeres como seres posesivos, manipuladores. Le ha salido una película un poco misógina.
-No, qué va. Misantropía es lo que hay. Ganas de hacer reír y de disfrutar con la guerra de sexos. Estoy bastante de acuerdo con el discurso del personaje de Carmen Maura en el aquelarre: 'Somos brujas'. Estoy con ellas. Y estoy convencido de que si Dios existe es una mujer.
-Carmen Maura sostiene que esta es la película de un hombre que se está divorciando. Cualquiera que vea 'Las brujas...' puede pensar: vaya divorcio el de Álex de la Iglesia.
-No, joder, es una exageración, una locura. La cosa es convertir mi vida y lo que tengo alrededor en una farsa para reírme de ella. Creo que ni los hombres somos tan inútiles ni las mujeres tan terribles. Lo divertido es exagerarlo y convertirlo en una tragicomedia absurda.
-¿No teme que algún colectivo feminista ponga el grito en el cielo?
- Tengo mucho respeto a los grupos feministas. Son lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de que no hay nada serio en todo esto.
-Cualquiera que vaya a casarse se lo puede pensar dos veces tras ver la película.
- Sí. Los protagonistas roban 25.000 anillos de boda en un Compro Oro. Miles de promesas perdidas, infidelidades, engaños, mentiras. Todo el que vende su alianza obviamente ha tenido un problema, je, je. En ese sentido, no es universalizable. Creo que hay oportunidades de tener un matrimonio feliz. De hecho, me encanta el matrimonio, no lo descarto.