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Cadena perpetua para Bo Xilai

El exdirigente del Partido Comunista de China recibe una condena ejemplar por corrupción y abuso de poder

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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No ha habido sorpresas en la traca final del juicio a Bo Xilai. A pesar de que el proceso estuvo marcado el mes pasado por los inesperados quiebros de una apasionante narración que ha aunado intriga política, desmanes económicos, asesinato, y adulterio, el veredicto ha sido el esperado: Bo Xilai es culpable de haber recibido sobornos, apropiación indebida de fondos públicos, y abuso de poder. Por todo ello, tras el proceso más transparente celebrado jamás en China, ayer el tribunal de la ciudad de Jinan condenó al ex secretario general del Partido Comunista en la ciudad de Chongqing a cadena perpetua. Además, todos sus bienes serán confiscados y se le privará de sus derechos políticos de por vida.

Concretamente, el juez considera probado que Bo recibió de dos empresarios más de 2,5 millones de euros en sobornos, se apropió de unos 600.000 euros destinados a un proyecto urbanístico gubernamental en la ciudad de Dalian. Asimismo, abusó de su poder para destituir al jefe de Policía de Chongqing, Wang Lijun -condenado a 14 años de prisión-, y proteger así a su mujer, Gu Kailai, sentenciada a una pena de muerte suspendida, tras haber asesinado al hombre de negocios británico Neil Heywood, a quien la mujer del político envenenó para evitar que hiciese público la existencia de un chalet en Francia.

Por dos de estos delitos el exdirigente podría haber sido condenado a muerte, pero el tribunal ha desestimado tal extremo quizá porque se trata de un juicio con alto contenido político y Bo todavía cuenta con poderosos aliados que podrían desatar una lucha interna en el partido. No en vano, poco después de su destitución, la tensión alcanzó máximos inéditos en Pekín cuando comenzaron a correr los rumores sobre un posible golpe de Estado. En cualquier caso, la sentencia es más dura de lo que esperaba la mayoría y se enmarca dentro de la efectiva cruzada contra la corrupción en la que se ha embarcado el Gobierno central. Según fuentes ligadas a los sectores del entretenimiento y de la hostelería, consultadas por este diario, el control sobre los cargos públicos se nota, y mucho, en la venta de bienes y servicios de lujo.

Ahora, Bo, de 64 años, tiene un plazo de 10 días para presentar una apelación, y el diario de Hong Kong 'South China Morning Post' asegura que lo hará. Si prospera, supondría la repetición del juicio ante el Tribunal Supremo de la provincia de Shandong. Si no, podría conseguir el Tercer Grado en 13 años.