Una reivindicación unánime

La Junta ha enarbolado desde el principio de los tiempos la bandera del turismo como motor económico. Las campañas puestas en marcha y destinadas a la provincia siempre llevaban el mismo objetivo: convertir Cádiz en uno de los lugares más atractivos como destino vacacional. Parece que todas estas premisas han terminado en el cajón de las promesas vacías y que, más allá de trabajar para cumplirlas, han emprendido el camino contrario.

Esta conclusión es palpable con el tratamiento que el Ejecutivo regional viene dando a la Escuela de Hostelería, un centro formativo del que han salido los mejores cocineros de la provincia, hasta el punto de colocar Cádiz en el mapa y todo ello gracias a su profesionalidad.

A principios de semana los alumnos comunicaban que aún desconocían la fecha de inicio de las clases. Un día después, la Consejería de Educación salía al paso para decir que no había razón alguna para que el curso no arrancase en octubre. Este mismo viernes, la jefa de Estudios de la escuela mantuvo una reunión técnica con representantes de la Junta para avanzar en la programación del curso 2013/2014, es decir, diez días antes de entrar en octubre, la Administración aún no tiene cerrada la planificación del año. Si a esto le sumamos que la plantilla no cobra una nómina desde hace seis meses, parece que el futuro de la escuela es por lo menos incierto.

Y es esto lo que preocupa y mucho al sector hostelero de la provincia. En parte, porque la mayoría ha salido de la escuela, pero también porque saben que sin una buena formación de base difícilmente se podrá continuar con lo que un día consiguieron, convertir la hostelería gaditana en un sector moderno y competitivo capaz de atraer los paladares más exquisitos. De la escuela, con 16 años de experiencia a sus espaldas, ha salido la mayoría de trabajadores de Sopranis y Aponiente, restaurante este último que ya es una referencia en el sector gastronómico hasta el punto de que forma parte de las rutas culinarias, una modalidad de turismo muy en boga. Todo esto no sería posible sin una buena Escuela de Hostelería es por eso que mantenerla debe ser primordial.