Giner, Ora pro nobis
Actualizado: GuardarEn 1875, tras ser apartado de la Universidad con otros catedráticos y desterrado a Cádiz, Francisco Giner de los Ríos promovió la creación de una universidad privada que se encontrara a salvo de toda injerencia política. Con el proyecto de enseñanza superior ya avanzado, Giner rectifica, al opinar que equivalía a construir la casa por el tejado. Anuncia: «Nos convertiremos en maestros de párvulos». Y en 1876 funda en Madrid la Institución Libre de Enseñanza, un centro privado y laico para impartir clase a niños y muchachos.
Las consecuencias de esta decisión fueron revolucionarias: este pequeño colegio fue modelo para otros muchos, y un foco de innovación pedagógica donde se introdujeron las clases prácticas, la coeducación, el aprendizaje sin exámenes, la ciencia, y la creación artística con los que formar «hombres capaces de gobernar su propia vida» y pensar con libertad. Hasta 1936, muchas de las figuras de la política, de la universidad y de la cultura, habían pasado por la Institución, o se habían visto influidos por ella.
La trascendencia transformadora que dio Giner a la educación de los niños como fundamento para mejorar la sociedad, choca con la realidad de un colegio público de Cádiz -el Carlos III- que se ve zarandeado por políticos que prefieren descargar su responsabilidad y su conciencia sobre los hombros del adversario, entendido siempre como enemigo, asegurándose de que la ciudad no vea el día en que uno solo de sus problemas tenga salida, con unos representantes negados para entenderse y ceder en bien de la ciudadanía. Ahora se trata de reparar en un plazo razonable las cubiertas de un colegio mientras se dan garantías de que en cuanto se inicie la obra se escolarice a todos los niños en otro colegio en unas condiciones admisibles.
Este acuerdo entre las administraciones supone dar prioridad a la educación y a la atención de los centros escolares, que casi nunca han ocupado un puesto relevante en la acción política. Desde el Olimpo del santoral laico, Giner vela en lo que puede por cada uno de los escolares, rogando mayores esfuerzos terrenales que aseguren el presente de la escuela en Cádiz y en toda España.