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El Gobierno chino amordaza las redes sociales
Las autoridades lanzan una cruzada contra los 'rumores' que ponen en peligro la seguridad del Estado, excusa para controlar internet
SHANGHÁI. Actualizado: GuardarCon más de 550 millones, ningún país tiene más personas conectadas a internet que China. Pero el Gobierno prefiere que estén con la boca cerrada. Para conseguirlo, la semana pasada aprobó una nueva regulación con la que pretende dar caza a quienes diseminan rumores, sobre todo en las redes sociales, y ponen así en peligro la seguridad del Estado. Esta semana se ha confirmado que no era un farol, sino el comienzo de una limpieza ideológica que algunos ya comparan con la caza de brujas que Mao Zedong llevó a cabo durante la Revolución Cultural (1966-76).
Porque, ¿qué es un rumor en China? La respuesta es sencilla: todo aquello que no haya sido confirmado por el Gobierno. De esta forma, y teniendo en cuenta la opacidad de las autoridades en todos aquellos casos que pueden dañar la reputación del Partido Comunista, incluso la revelación de una verdad indiscutible puede ser tachada de rumor. Y el castigo que conlleva la violación de esta nueva regulación del ciberespacio es severo: si el mensaje es lanzado por un usuario que tenga más de 5.000 seguidores o es 'retuiteado' más de 500 veces, el autor puede ser condenado a una pena de hasta tres años de cárcel.
A pesar de la oposición con la que esta medida se ha encontrado -incluso en algunos círculos jurídicos se la considera abominable- muchos de los usuarios de Weibo, el Twitter chino, han optado por borrar de sus microblogs los mensajes potencialmente susceptibles de caer en la ilegalidad. Y la actividad del grupo compuesto por quienes más seguidores tienen se ha reducido en casi un 12% según un informe mencionado por el diario de Hong Kong South China Morning Post. Es, sin duda, la consecuencia lógica -y buscada- de cientos de arrestos llevados a cabo durante el verano.
Pero pocos han causado tanta conmoción como el del pasado martes, en el que la Policía se llevó a Huazong, nombre bajo el que escribe uno de los internautas más célebres de los últimos tiempos. No en vano, fue quien publicó las marcas y el precio de los relojes con los que aparecía retratado en varias fotografías Yang Dacai, el funcionario que hace unos días reconoció haber recibido sobornos y que ha sido condenado a 14 años de cárcel por ello. Huazong hizo de esa minuciosa investigación su trabajo y durante dos años ha expuesto los bienes de más de 100 oficiales del Partido Comunista que no podrían haber adquirido de ninguna forma honrada con sus escuetos sueldos oficiales.
La información que destapó se ha demostrado correcta en varios casos, pero su arresto por «chantaje, extorsión, y difusión de rumores», que duró unas horas, es un importante toque de atención a los activistas que han encontrado en la red la libertad que se les niega en la calle.
Y, por si no fuera suficiente, China ha asombrado a propios y extraños con la emisión en televisión de la confesión realizada por Charles Xue, un inversor estadounidense de origen chino que contaba con más de 12 millones de seguidores en Weibo y se caracterizaba por sus 'posts' polémicos, durante su arresto por haber contratado los servicios de una prostituta. Sí, el delito por el que fue detenido no tiene nada que ver con el contenido de los 10 minutos que el canal nacional CCTV-13 dedicó al popular 'opinador'. En la pequeña pantalla se pudo ver a Xue, conocido también como Xue Manzi, compungido por su «irresponsabilidad a la hora de haber publicado información errónea en la web». Es más, Xue sentenció que «la libertad de expresión no puede estar por encima de la ley».
Dar ejemplo
No cabe duda de que, independientemente de que Xue pagara o no por sexo, es evidente que ha sido utilizado como ejemplo. Lo expresa a la perfección la reacción de un internauta que da la vuelta a un dicho popular -'matar al pollo para asustar al mono', en referencia a dar ejemplo con alguien poco relevante para que los realmente importantes tomen nota-: «Esto es matar al mono para asustar a los pollos». El Gobierno ha cogido a un usuario prominente y ha demostrado que nadie está a salvo.
No parece que la libertad 'on-line' vaya a mejorar. Todos los medios estatales han hecho piña con el Ejecutivo y apoyan la nueva normativa. «La paranoia sobre la limpieza de Internet está injustificada», titulaba el diario oficialista Global Times en un editorial en el que reconocía que «es cierto que las autoridades están ejerciendo un mayor control» y aseguraba que se trata de «un esfuerzo justificado y necesario».
El vicepresidente de la Comisión Militar Central, Xu Qiliang, fue más allá y pidió el lunes al Ejército que se involucre más en guiar las opiniones que se vierten en internet, un espacio que denominó como «el nuevo campo de batalla de las ideologías». En un inusual alarde de honestidad, añadió que es importante manipular la opinión pública «para construir una fuerte primera línea de defensa».