ESPAÑA

«Ha habido preocupación; ahora hay cierto alivio»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Que el Rey volvía a estar mal es algo que han podido comprobar quienes lo han visto en cualquiera de los actos oficiales que ha presidido a lo largo de este mes de septiembre. Lo que no estaba tan claro era cuál era la gravedad de su dolencia. Y eso, según confesó el jefe de su Casa, Rafael Spottorno, ha tenido inquieta tanto a la Familia Real como al Gobierno.

Desde principios de septiembre, don Juan Carlos sufría intensos dolores en la pierna izquierda y en la cadera que le operó el doctor Ángel Villamor en noviembre del año pasado. Pero han hecho falta varias pruebas (algunas aún pendientes de analizar) para que, tanto este traumatólogo como el jefe del servicio médico de la casa del Rey, Miguel Fernández-Tapia, y el doctor que finalmente le operará, Miguel Cabanela, atribuyeran la dolencia a un foco infeccioso.

«Ha habido preocupación -admitió Spottorno- y ahora hay un cierto optimismo y un cierto alivio porque ya conocemos la causa, tenemos a un médico que tiene la más absoluta confianza del Rey y se puede empezar a ver la luz al final de este túnel». Una luz que, en todo caso, aun parece lejana pese a los animosos mensajes del asesor real y los doctores. «El estado general del paciente -llegó a decir Cabanela- es muy bueno».

No es la imagen que ha dado en estas semanas. Las voces de alarma saltaron ya el pasado día 13 cuando sufrió un traspié durante una audiencia a generales de división y vicealmirantes. Y se intensificaron cuando en la apertura del año judicial, el lunes de esta semana, se le vió algo desubicado; fue acompañado hasta la silla de la presidencia en el salón de actos del Tribunal Supremo y se fue, en contra de lo habitual, sin participar en la recepción posterior.