Yasmina Khadra novela la mísera Argelia colonial
«En la primavera árabe hubo insurrecciones, no revoluciones» asegura el escritor, orgulloso de defender a su país «con las armas y con la pluma»
MADRID. Actualizado: GuardarLa ambición literaria define a Yasmina Khadra (1955), escritor argelino de proyección internacional empeñado en no defraudar al lector. Con sus novelas publicadas en cuarenta países y más de siete millones de libros vendidos, regresa con 'Los ángeles mueren por nuestras heridas' (Destino). «Soñaba con escribir la mejor novela sobre la Argelia colonial, la más ambiciosa, y aquí está», dice sin rubor ni temor a parecer pretencioso. Claro y rotundo, sin miedo a la incorrección política, asegura que los países árabes «no vivieron una revolución democrática con sus primaveras». «En Argelia hicimos nuestra seudo-primavera árabe y ya sabemos cuál es el resultado. La revolución debe obedecer a un proyecto de sociedad que hable al espíritu de las personas, no a su corazón», sostiene.
«Lo que hemos visto han sido insurrecciones. No revoluciones. Si se derroca un régimen sin que haya un sistema alternativo, no sabemos qué ocurrirá. Sin ideas claras no se hace la revolución», insiste. «La democracia es un deseo piadoso que debemos reinventar» asegura este antiguo oficial del ejército argelino, Mohammed Moulessehoul en su pasaporte, que para evitar represalias adoptó su seudónimo femenino apropiándose de los dos nombres de su esposa. Antes había publicado seis novelas con su nombre y aún necesitó un largo periplo como novelista policiaco, ya como Yasmina, antes de consagrarse con 'Morituri'.
Nacido en Kednasa, en el Sáhara argelino, Kahdra va a fijar en la alicantina playa de San Juan, donde ha comprado casa. Deja Francia, donde no se siente querido, por España, «donde más se me traduce, pero no sé si donde más se me lee». Pero su alma seguirá en Argelia: «Es el país de mis ancestros, de mis hijos. Lo defendí con la armas y ahora lo defiendo con la pluma». Su conmovedor y doloroso fresco de la Argelia colonia contrapone su visión con la que ofrecieron antes Maupassant, Camus o Gide. «Es un país extraordinario que ha sobrevivido a todos los tsunamis coloniales, de los fenicios a la soberanía de Roma, pasando por la invasión musulmana, tres siglos de guerra con España, la mano de hierro otomana y la dominación francesa», enumera.
Reconocido y admirado globalmente, con 'El atentado' (2007) recibió el premio de los libreros franceses en 2006 y muy pronto en el cine. 'Lo que el día le debe a la noche' (2009) fue libro del año para la revista Lire, y también será una película. En 2012 publicó 'La ecuación de la vida' y dice que su nueva novela es fruto «de mi gran ambición narrativa, que es generosidad hacia del lector».