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La deuda pública, desbocada, llega al 92,6% del PIB y deja atrás la previsión del Gobierno
En julio alcanzaba los 947.184 millones y al Tesoro le restan el 20% de las emisiones, aunque en Economía confían en el ahorro de intereses
MADRID. Actualizado: GuardarLas cuentas no le están saliendo al Gobierno, aunque desde sus filas se sostiene la máxima de que el final del año será claramente mejor que los datos que van arrojando los últimos meses. Según las cifras publicadas ayer por el Banco de España, el endeudamiento de las administraciones públicas registró un nuevo récord este verano al alcanzar los 947.184 millones de euros al cierre de julio tras cuatro meses consecutivos de subidas, con lo que acumula un incremento del 116,7% desde finales de 2008.
El resultado de ese aumento desde comienzos de la crisis que se antoja imparable -la frontera del billón de euros en el pasivo del sector público está ya solo a un paso- es que a falta de cinco meses para concluir 2013 se ha rebasado en un punto la previsión del Ejecutivo para todo el ejercicio: 92,6% equivalente del Producto Interior Bruto (PIB) frente al 91,6%, respectivamente. Esta ratio casi se ha triplicado desde finales de 2007, cuando se situaba en el 26,7% para una deuda que entonces sumaba 382.307 millones.
Y no olvidemos que cuanto más elevada es el endeudamiento, también más cuantiosos son los intereses a pagar. De hecho, los réditos que se ofrecen a los inversores por comprar bonos y letras del Tesoro suponen una quinta parte del aumento del pasivo de las administraciones durante este lustro de crisis -más de 97.000 millones de euros, con una media de 100 al día en el último año-, según un reciente informe del Banco de España. Y eso que el alza de los tipos ofrecidos para captar demanda en las emisiones españolas ha estado relativamente controlado y apenas ha superado el 4%: el tipo medio efectivo ascendió hasta el 4,2% en 2007 para luego ir moderándose hasta el 2,6% que viene registrando en lo que va de 2013.
De hecho, la bajada de la prima de riesgo desde los máximos históricos que alcanzó hace 14 meses -ayer bajaba hasta los 243 puntos, lejos de los 611 que tocó el 20 de julio de 2012, y ya por debajo del dato de Italia (256)- permitirá al Tesoro ahorrarse alrededor de 3.500 millones. Ese colchón es el que propicia que el Gobierno mantenga su tesis de que el crecimiento del endeudamiento se corregirá a finales de 2013, e incluso confía en que termine cumpliéndose su previsión anual.
«En los próximos meses se moderará el nivel de deuda», sostuvo ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos, tras reunirse con un grupo de diputados y senadores del PP para explicarles la situación económica del país. «Se reducirán las emisiones y habrá más amortizaciones», añadió. También sumó a su tesis optimista «un factor estadístico»: la progresiva caída del PIB durante los últimos años que, por extensión, ha elevado la ratio con la deuda, a lo que se añade la reciente revisión a la baja que el INE ha hecho del crecimiento económico registrado tanto en 2011 como en 2012.
El Tesoro aguanta el tirón
La confianza de los inversores, en cualquier caso, sigue acompañando a las emisiones de deuda española. La última subasta del Tesoro, celebrada también ayer, logró colocar 4.560 millones de euros en letras a corto plazo (a seis y 12 meses), aunque para ello tuvo que elevar casi una décima la rentabilidad que ofreció por el mismo papel (0,83% y 1,36%) antes del verano. Mañana habrá nueva cita con los mercados, esta vez de bonos a medio y plazo donde ya ha logrado colocar el 79,8% de lo previsto para todo el año.
Este clima propicio también se nota en las agencias, como Morgan Stanley, que en su último estudio sobre el mercado europeo recomienda posicionarse a largo plazo en deuda española al grito de «Viva España». «Somos optimistas sobre el país en términos absolutos debido a la mejora de los fundamentos económicos», apuntan sus analistas.
No entra, sin embargo, en las dudas que se han generado sobre el posible incumplimiento del objetivo anual de déficit (6,5% del PIB), tras conocerse que en los siete primeros meses del año los números rojos de las administraciones públicas alcanzaban los 54.293 millones de euros (5,27% del PIB). De Guindos, que confía en una «recuperación» de los ingresos tributarios sin tener en cuenta las subidas impositivas ya previstas para 2014, cree que no habrá desviación y que el dato final «convergerá o estará muy próximo» al previsto. Por eso, abundó en su tesis de que España no necesitará prorrogar el rescate bancario, tesis apoyada ayer por el vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, porque el país «va por el buen camino».