El Costa Concordia, junto al puerto de Giglio. :: AFP
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La última batalla del Costa Concordia por salir a flote

Más de medio millar de expertos de 26 países comienzan hoy un inédito operativo para enderezar al crucero que naufragó en Giglio

ROMA. Actualizado: Guardar
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Los habitantes de la isla toscana del Giglio contenían ayer la respiración a la espera de un operativo inédito: reflotar al gigantesco crucero Costa Concordia. Ventiún meses después del naufragio que se cobró la vida de 32 personas, un equipo de más de 500 personas de 26 países tendrá hoy la misión de realizar una maniobra jamás realizada en el mundo y que ha costado 600 millones de euros a la naviera italiana Costa Cruceros.

Los trabajos de rotación de la embarcación, que está previsto que se inicien a primera hora de la mañana, requerirán alrededor de 24 horas, aunque las autoridades no descartan que se prolonguen varios días en función de las condiciones meteorológicas.

«No queremos que se convierta en un espectáculo. Buscamos todavía dos cuerpos que tienen que ser restitutidos a sus seres queridos», aseveró el jefe de Protección Civil, Franco Gabrielli. No obstante, en Italia la expectación es máxima y un total de 400 periodistas, fotógrafos y camarógrafos han sido acreditados para cubrir un acontecimiento que será seguido en directo por varias cadenas de televisión del país.

No en vano, se trata de un proyecto faraónico que consta de varios y delicados pasos. El primero será iniciar la rotación con enormes cadenas de acero enlazadas a torrecillas hasta dejar que finalmente la fuerza de gravedad impulse al barco hacia una posición vertical.

Casco dañado

El máximo responsable de la operación, el experto sudafricano en recuperación de navíos Nick Sloane, ha reconocido que será el primer y último intento debido a que el casco del crucero está tan dañado que no resistirá otro invierno. Esta problemática añade una mayor tensión a la empresa estadounidense Titan Savage y la italiana Micoperi, las encargadas del proyecto.

Aun así, en caso de que consigan reflotarlo, el Costa Concordia no se moverá del Giglio hasta la primavera del año que viene, cuando comenzará su viaje final hasta el cercano puerto de Piombino para su desguace.

Otra de las preocupaciones que sobrevuela los intentos por reflotar el navío es posible impacto medioambiental que traerá consigo el vaciado del agua que alberga la nave. Aunque el combustible fue totalmente extraído, en el interior del crucero se almacenan toneladas de venenos como aguas residuales, insecticidas, aceites, detergentes, esmaltes líquidos, mil litros de lejía, además de decenas de bombonas con litros de oxígeno, nitrógeno o anhídrido carbónico.