Merkel saluda a sus seguidores al final de un mitin en la ciudad oriental de Dresde. :: ODD ANDERSEN/ AFP
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Buenas y malas noticias para Merkel

El partido hermano arrasa en Baviera pero sus socios liberales en el Gobierno de Berlín salen del Parlamento a una semana de las generales

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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La Unión Cristianosocial (CSU), el partido hermanado de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, recuperó la mayoría absoluta en el Parlamento regional de Baviera en las elecciones de ayer. Pero el triunfo aplastante de la CSU y de su presidente, Horst Seehofer, coronado ya como el 'rey de los bávaros' con un 48,8% de los votos (según proyecciones de las dos cadenas públicas alemanas ARD y ZDF), desató alegrías y miedos a partes iguales dentro de la CDU porque el Partido Liberal (FDP) se queda fuera del Parlamento del Estado federado con su pobre resultado del 3,1%. Y todo esto a una semana de las generales en Alemania.

El flamante primer ministro bávaro desde 2008 consiguió cumplir con el objetivo que se marcó al asumir el cargo: volver a gobernar en solitario y sacudirse la forzada coalición con el FDP. «Uno de cada dos bávaros nos ha votado. 2008 ya es historia. Hemos vuelto», afirmó Seehofer tras ser recibido con un sonoro y largo aplauso. «La CSU es el partido del pueblo», definió a su formación, fuertemente enraizada en Baviera. «Este resultado refleja la aprobación de nuestra política de los últimos años y que contamos con la confianza del pueblo para los próximos», indicó el líder del territorio más conservador y próspero de Alemania.

El Partido Socialdemócrata (SPD) registró un 20,6% de los votos, dos puntos más que en las anteriores elecciones. «No hemos conseguido nuestro objetivo, pero al menos podemos alegrarnos de volver a ganar votos», declaró su candidato y popular alcalde de Múnich, Christian Ude. El SPD no había conseguido superar la barrera del 20% en los últimos diez años. Los Verdes también crecieron un punto respecto a 2008, hasta el 8,4%.

El gran perdedor de la noche fue el FDP, que vuelve al nivel anterior a la coalición con la CSU de la última legislatura. Entre 1994 y 2008, los liberales nunca consiguieron entrar en el Parlamento e incluso en tres ocasiones ni siquiera alcanzaron el 3% de los apoyos. Los buenos resultados de los anteriores comicios, en los que obtuvieron un 8%, les hicieron soñar con un cambio de rumbo. «Después de cinco años de Gobierno nos tenemos que ir. Es una derrota dolorosa», confesó su candidato, Martin Zeil.

«Queremos todos los votos»

A una semana de las elecciones generales de Alemania, la victoria del hermano bávaro desató la alegría en los pasillos de la CDU, que destaca el espaldarazo a la política de Merkel. Pero también resurgieron los miedos ante la posibilidad de que el electorado conservador en todo el país decida dar un 'voto útil' al FDP para poder reeditar el actual Gobierno de coalición entre la Unión (CDU/CSU) y los liberales.

«Nadie tiene votos para regalar», alertó el secretario general de la CDU, Hermann Gröhe, al conocer los primeros resultados de Baviera. «Queremos todos los votos», insistió ante el temor de que sus electores decidan ayudar al FDP, en caída libre desde hace tiempo y al que los últimos sondeos apenas dan un 5% el próximo domingo. La canciller lleva tiempo advirtiendo de que cada voto cuenta y que no está dispuesta a ceder sus apoyos, aunque eso implique tener que buscar a un nuevo socio de Gobierno.

La derrota bávara obligó al FDP a salir a la palestra en un intento por contrarrestar su fracaso en unas elecciones consideradas como un ensayo general por su cercanía con las federales. «Es una llamada para despertar a todos los liberales», arengó el vicecanciller alemán y ministro de Economía, Philipp Rösler. «En Baviera las cosas funcionan de manera diferente, pero ahora se trata de Alemania. Si no reeditamos el Gobierno daremos paso a una 'gran coalición', o peor aún, a un Gobierno entre el SPD, Los Verdes y La Izquierda», indicó, consciente de los miedos que desata el partido poscomunista de La Izquierda en el electorado.

«Es el decimotercer parlamento regional en el que el matrimonio de conservadores y liberales llega a su fin», recordó por su parte el candidato del SPD a la Cancillería, Peer Steinbrück. «En una semana pasará también a nivel nacional», auguró. «La carrera no está cerrada. Al contrario, ahora empieza de verdad», aventuró Steinbrück, ante sus seguidores en Berlín.

A escasos días de los decisivos comicios generales, donde nada está decidido, no hay tiempo para celebrar el resultado bávaro ni para lamerse las heridas. «Después de las elecciones nos encontramos antes de las elecciones. He hablado por teléfono con Angela Merkel y le he dicho que a partir de mañana (por hoy) nos pondremos manos a la obra en Baviera para que siga siendo la canciller alemana», prometió Seehofer.