Economia

LA BOLSA, A FAVOR

El Ibex-35, que ha subido un 10% en lo que va de año, puede interpretarse como un indicador fiable de la mejora económica

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Uno de los datos más utilizados para sustentar la opinión de que algo está cambiando en la economía y que estamos en pleno punto de inflexión es la evolución de la Bolsa. El nivel actual -8.941 puntos del Ibex-35 a cierre del viernes- está muy lejos de los máximos históricos, que se situaron cerca de los hoy incomprensibles 16.000 puntos, pero bien por encima de los paupérrimos 5.000 que visitaron en pleno derrumbe del edificio bancario. La Bolsa no acierta siempre y algunos dirían que no acierta casi nunca, pero no es verdad. Si comparan ustedes las curvas de la evolución de los índices bursátiles y las superponen a la que muestra la del PIB verán un dibujo bastante similar, aunque adelantado unos meses en el caso de la Bolsa.

La Bolsa, además, es un mercado mucho más eficiente que otros, como por ejemplo el inmobiliario. Nunca se ciega y siempre fija precio. Eso hace que sus vaivenes sean más bruscos, pero garantiza que compras y vendes cuando quieres o necesitas. En contraposición, el inmobiliario transita lentamente por un ajuste largo ya de cinco años, lo que ha provocado un brutal descenso de las ventas. O el laboral, que, como nunca se ajusta en precios, siempre lo hace en cantidad y así lo reflejan las cifras del paro.

¿Qué nos dice ahora el termómetro de la Bolsa? Pues lo que todos vemos: las cosas distan de estar bien, pero están claramente mejor. Primero el Ibex-35, que ha subido casi un 10% desde primeros de año. Aunque es cierto que los puede perder en dos semanas, también lo es que la tendencia apunta hacia arriba. ¿Quieren otro dato? El Tesoro americano asegura que la salida de dólares de su país dirigida a comprar renta variable europea se sitúa en niveles máximos de los últimos 36 años, dato extraído del Informe Europa de Morgan Stanley del mismo viernes. Lo cual, a su vez, es uno de los factores que están presionando al alza la cotización del euro frente al dólar, para espanto de todos los exportadores.

Puestos a buscar argumentos para justificar el movimiento, encontramos varios. En los Estados Unidos, los datos de producción han sido buenos, aunque el empleo crece más lento de los previsto y deseado, lo cual tiene su vertiente favorable en el corto plazo pues aboga a favor de la cautela en la retirada de los actuales y mastodónticos estímulos monetarios. En Europa se ha salido de la recesión. Es decir, hemos terminado con la serie de los crecimientos negativos y hemos obtenido uno positivo. Por lo que respecta a España, vemos cómo nos adelanta la prima de riesgo italiana, por primera vez en año y medio, y todos los dirigentes económicos esperan un tercer trimestre de crecimiento positivo. Y, ya por fin, aterrizando en lo micro el consenso del mercado espera un crecimiento del beneficio por acción del 11%, debido más al ajuste en los costes que a unos mayores ingresos.