Un nuevo incendio en un psiquiátrico ruso se cobra la vida de 37 personas

Ruinas humeantes, vigas calcinadas y chapas ennegrecidas daban testimonio ayer del infierno que se apoderó del hospital psiquiátrico Oksochi, en la ciudad rusa de Novgorod. Las autoridades ya tenían previsto clausurarlo en agosto del próximo año por su escasa protección contra incendios, pero la madrugada de ayer fue pasto de las llamas. Según el Comité de Instrucción regional, al menos 37 personas perdieron la vida, en su mayoría enfermos con patologías que hicieron casi imposible evacuarlos.

El fuego se declaró a las 4.00 horas, cuando el personal médico vio a un paciente envuelto en llamas en su cama. «Es posible que él fuera el responsable del incendio», señaló el gobernador de la provincia, Seguéi Mitin. En ese momento, alrededor de 60 personas se encontraban en el interior del inmueble. Solo 20 consiguieron escapar de unas instalaciones compuestas por nueve bloques y construidas hace 200 años, de acuerdo con el testimonio de una vecina.

Las primeras hipótesis sobre el siniestro apuntan a que el interno «estaba fumando y se le incendió la cama». «Había pacientes pirómanos, los habían sorprendido varias veces», afirmó la esposa del portero del hospital. Lidia Vasilieva detalló que el fuego «se propagó muy pronto». «En muy poco tiempo ya no se podía entrar en el edificio. Los bomberos llegaron bastante pronto pero ya estaba todo en llamas», añadió.

Entre las víctimas del incendio conmueve especialmente el caso de la enfermera Yulia Anufreva. Según el relato de varios testigos, la mujer -de 40 años y madre de cuatro hijos- consiguió evacuar a 23 personas pero finalmente quedó atrapada entre el fuego. «Murió salvando a los pacientes», destacaron vecinos del lugar al recordar las escenas de pánico vividas.