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La Escuela de Ingeniería, más cerca de su finalización tras recibir once millones
Tras largos periodos de abandono, la Junta da al fin el impulso definitivo al proyecto con esta partida extra que permitirá también urbanizar la zona
CÁDIZ. Actualizado: GuardarPocos proyectos como la nueva Escuela Superior de Ingeniería (ESI) ha dado tantos dolores de cabeza a la Universidad de Cádiz, pero al fin parece que el edificio endereza el rumbo. El Consejo de Gobierno aprobó ayer una partida extra de 11,3 millones de euros para la finalización de las obras y la urbanización del entorno. En este tiempo, al nuevo equipamiento le han llovido los reveses: desde la salida de la primera constructora por diferencias con la UCA, lo que supuso un sobrecoste, hasta las dificultades económicas para seguir financiando los trabajos que se paralizaron por completo.
Hace apenas unos meses que ha vuelto la actividad, justo después del primer anuncio formal de la Junta de asumir el coste el pasado enero, aunque en ese momento no aclaró del todo la forma en la que llegaría tal inversión. Por suerte para las mermadas arcas de la UCA, lo hace en forma de financiación extra separada del presupuesto asignado y procedente de un préstamo que el Ejecutivo regional suscribió con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en 2011 y del que se beneficiarán otras cinco universidades más.
Previamente la institución gaditana ha adjudicado los trabajos de urbanización del entorno a la empresa Ferrovial Agromán S.A., con un presupuesto que roza los cinco millones, con un plazo de ejecución de al menos seis meses.
Pero a pesar de las buenas expectativas, los alumnos ven aún lejos la inauguración de su nueva escuela universitaria. Ya se han graduado hasta tres promociones desde que caducó la primera fecha de inauguración anunciada, y los años han pasado sin se vea un horizonte claro.
En ese tiempo, los estudiantes han organizado diferentes protestas hasta lograr el compromiso del rector, Eduardo González Mazo, y hasta del propio delegado del Gobierno de la Junta, Fernando López Gil, de que este equipamiento es «una cuestión prioritaria». Pero mientras tanto continúan sus estudios en instalaciones obsoletas e insuficientes hasta el punto que ha sido necesario repartir a alumnos y profesores por varias sedes.