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La fantasía edulcorada del fútbol y una boda
'La gran familia española', de Daniel Sánchez Arévalo, llega a los cines con el respaldo de la preselección a los Oscar
MADRID. Actualizado: GuardarDaniel Sánchez Arévalo ha vuelto a hacerlo. Ha reunido a toda la familia para meter un previsible gol a la alicaída taquilla del cine español, como hizo con 'Primos' (2011), cuando recaudó 3.5 millones de euros. Además, su último filme, 'La gran familia española', viene con un buen espaldarazo: acaba de ser preseleccionada por la Academia para ser candidata a los premios Oscar justo tres días antes de su estreno comercial. «Para mí, es como haber metido un gol, pero queda mucho partido por delante», dice siguiendo la metáfora futbolística que sirve de telón de fondo a la película. «Es un partido largo y no va a ser nada fácil. Pero sobre todo me quedo con que ha llegado en un momento maravilloso», apuntaba ayer.
El director se vale de un instante de catarsis nacional, la final del Mundial de Sudáfrica, para contarnos una historia que, una vez más en su filmografía, tiene que ver con la familia. También como había hecho en 'Primos' regresa al McGuffin de una boda, esta vez una que sucede el mismo día que Iniesta levantó la alicaída moral nacional con un gol histórico allá por 2010. Pero las cosas no son ni mucho menos color de rosa en una familia de cinco hermanos que vive sumergida en una fantasía edulcorada 'made in Hollywood' fabricada por el patriarca.
«En la película tenemos a ese padre que está obsesionado con 'Siete novias para siete hermanos' y esa familia aparentemente de película que él ha querido crear. Pero en la vida suele pasar que los sueños no encajan literalmente con lo que nos sucede. En la vida se trata de encajar esos sueños, y aceptar la realidad sin por ello frustrarnos, sino aprender a ser felices», explica el director, dando así una de las claves de la película.
El paraje que entrega Sánchez Arévalo es tragicómico, con un ritmo de comedia frenético en ocasiones, que juega a tensarse con un drama altamente emocional y en ocasiones con tendencia al subrayado (también marca de la casa). «Como director y escritor mi objetivo es perfeccionarme película a película en el arte de combinar la comedia con el drama. Es a lo que aspiro realmente al hacer cine», confiesa.