La crisis siria fractura el G20
La cumbre se cierra en Rusia sin consensuar una medida contra El-Asad ni impulsar la débil vía diplomática mediante la conferencia de Ginebra
SAN PETERSBURGO. Actualizado: GuardarLa división de los países del G20 ha impedido coordinar iniciativas para solucionar el conflicto sirio, tanto en la dirección del uso de la fuerza como en la de reanimar la conferencia de paz de Ginebra. El presidente Vladímir Putin y su homólogo estadounidense, Barack Obama, terminaron reuniéndose, pero sin ningún acuerdo. El primero ha anunciando que, en caso de que Siria sea atacada, la continuará ayudando como hasta ahora. Obama, por su parte, dice seguir estando convencido de que hay que atacar. Putin puntualizó ayer en la rueda de prensa que ofreció para hacer balance de la cumbre que no es cierto que el G20 se haya dividido por la mitad en relación con el conflicto sirio. «Los países que apoyan a Estados Unidos en la idea de intervenir militarmente son solamente Arabia Saudí, Canadá, Francia, Turquía y el Reino Unido, éste con la salvedad de que su Parlamento está en contra».
Al mismo tiempo, aseguró el jefe del Kremlin, «países como China, India, Indonesia, Sudáfrica, Italia, Argentina, Brasil, y, por supuesto, Rusia» están en contra. A la pregunta sobre cuál será la postura de Moscú si Estados Unidos interviene en Siria sin mandato de la ONU, Putin respondió: «¿Ayudaremos a Siria?, la ayudaremos y ahora mismo ya lo estamos haciendo». El jefe del Estado ruso se refirió en concreto al envío de armas, a la cooperación económica y a la ayuda humanitaria. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ya dijo recientemente que su país no enviará tropas en auxilio de El-Asad. Putin informó también de que, pese a que no había previsto inicialmente un encuentro bilateral con Obama, al final se produjo. «Cada uno expusimos nuestras posiciones y constatamos que no estamos de acuerdo en cómo resolver la crisis siria. Tenemos posturas completamente diferentes, pero lo importante es que hemos hablado sentados durante unos 20 o 30 minutos». Putin aseguró que no tocaron el asunto del filtrador de la NSA, Edward Snowden, durante la conversación.
En otra rueda de prensa casi simultánea, Obama admitió la gran división existente en el G20 en relación con Siria, aunque señaló que la mayoría de sus dirigentes «están convencidos de que el responsable del ataque con armas químicas fue el régimen sirio». El presidente de Estados Unidos dijo seguir convencido que es necesario un ataque militar contra Siria y anunció que dirigirá un mensaje a la nación el próximo martes en su intento de continuar sumando apoyos. «Fui elegido para poner fin a las guerras, no para comenzarlas, pero el mundo no puede permanecer con los brazos cruzados», afirmó.
Posturas contrarias
Mientras tanto, el primer ministro británico, David Cameron, que ha sido desautorizado por su Parlamento para actuar militarmente en Siria, comparecía también ante la prensa para avisar que no descarta que al final se una a EE UU para lanzar tal operación. «Sería mejor con resolución, pero no se puede excluir acciones, si no se logra», afirmó. Por su parte, el presidente francés, François Hollande, principal aliado de Obama para actuar en Siria, dice ahora que «esperamos la decisión del Congreso y el Senado de EEUU. Después, el informe de la ONU y, como resultado de todo esto, tomaré una decisión. Me dirigiré al pueblo y anunciaré esa decisión».
El enviado especial conjunto de Naciones Unidas y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, presente en la cumbre en la antigua capital imperial rusa durante estos días, no ha logrado todavía ningún compromiso para elaborar una agenda de cara a convocar la conferencia de paz para Siria 'Ginebra-2'. Ello pese a que muchos de los participantes en la cumbre se manifestaron a favor de la vía pacífica.