Un policía inspecciona el lugar del atentado, cerca de casa del ministro del Interior. :: A. A. D. / REUTERS
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El terror regresa al El Cairo

El ministro de Interior sale ileso de un atentado con coche bomba, en el que resultaron heridas al menos 24 personas

BEIRUT. Actualizado: Guardar
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El Cairo sufrió por primera vez en dos décadas el terror que otras ciudades como Bagdad o Damasco viven a diario. Un artefacto explotó al paso del convoy del ministro de Interior, Mohamed Ibrahim, y al menos 24 personas resultaron heridas, de ellas una decena de miembros de las fuerzas de seguridad. El mandatario salió ileso y no tardó en ponerse ante los micrófonos para anunciar su decisión de combatir «con mano de hierro» al terrorismo y calificar el atentado de «acto cobarde». El ataque tuvo lugar cerca de la casa del ministro en la calle de Mustafa al-Nahas de Naser City, zona de la capital donde durante mes y medio los seguidores de Mohamed Mursi mantuvieron una acampada de protesta contra el golpe militar del 3 de julio, y produjo importantes daños materiales en edificios y vehículos.

Según las primeras investigaciones hechas públicas por Interior «todo apunta a la implicación de terroristas» debido a la presencia de restos humanos en el vehículo que explotó al paso del convoy ministerial con una carga de al menos cincuenta kilos de explosivo, recogió el diario Al Ahram. La bomba se encontraba en el maletero de un vehículo estacionado, pero podría ser que un suicida habría activado el dispositivo al paso de los coches oficiales.

En los años 80 y 90 Egipto sufrió atentados de grupos radicales contra lugares gubernamentales, intereses turísticos o la minoría cristiana, pero desde entonces, a excepción del Sinaí, el resto del país permanecía tranquilo. La irrupción de los atentados añade un factor más de desequilibrio a la transición que los militares tratan de imponer en el país tras derrocar a Mohamed Mursi y refuerzan su mensaje de unidad frente a la amenaza del terrorismo, que para las autoridades interinas, representa el grupo de los Hermanos Musulmanes. La presidencia se dirigió a la nación para pedir confianza a los ciudadanos y garantizar que «no permitiremos que regrese el terror».

A las pocas horas de conocerse la noticia grupos históricos vinculados a la lucha armada en el país como Yihad Islámica o Gamaa Islamiya emitieron comunicados de condena. Lo mismo hicieron desde la Cofradía a través del exministro de Mursi, Amr Darrag, para quien «lo sucedido supone una alerta que infunde preocupación y temor, fueran cuales fueran nuestras diferencias con el ministro del Interior». Darrag, en búsqueda y captura como el resto de dirigentes de la Hermandad que aún no han sido detenidos, pidió «abrir canales de diálogo con todos para sacar al país de esta actual situación, buscar soluciones verdaderos para retornar a la situación de antes del golpe». En los primeros días de manifestaciones posteriores al desalojo de las acampadas se registraron algunas acciones de terrorismo urbano en distintas partes de El Cairo, pero no se produjo ningún atentado de este tipo.

Los Hermanos Musulmanes y el resto de miembros de la Coalición Nacional de Defensa de la Legitimidad, grupo que pide el regreso de Mursi a la presidencia, acusan al responsable de Interior junto al de Defensa y jefe del Ejército, Abdul Fatah el-Sisi, de liderar la represión de las últimas semanas que ha dejado más de 900 muertos y miles de detenidos. «Una cosa es que pensemos que es un criminal y otra muy distinta que nos alegremos por lo ocurrido, lo que queremos es que comparezca algún día ante la Justicia», señaló en su cuenta de Twitter el dirigente del Partido de la Libertad y Justicia (PJL), brazo político de los Hermanos Musulmanes, Islam Abdel Rahman.