Miembros del comité de inteligencia, ayer, en el Capitolio. :: A. WONG / AFP
MUNDO

EE UU retrasa la votación sobre el ataque a Siria

El Congreso tiene una semana más para debatir el apoyo a la petición del presidente, que los expertos dan por pérdida si se vota antes

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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EE UU no bombardeará Siria la semana que viene. Al menos eso es lo que se deduce de las declaraciones de la líder demócrata en la Cámara de Diputados, Nancy Pelosi, que calcula la votación «para la semana del 16» de septiembre. «Nos han dicho que tenemos más tiempo», dijo en un evento con la compañía de Internet Square, con sede en su distrito de San Francisco, según difundió ayer la web Político. «Pueden encajar un par de semanas de debate», añadió en referencia a la Casa Blanca. «Nuestros miembros (de la cámara baja) quieren tener algo que decir en el lenguaje de la resolución».

En realidad, los expertos claman que Barack Obama está dispuesto a retrasar el debate porque si se votase hoy lo perdería. Pero esos mismos expertos creen que la cosa no va a mejorar con el tiempo, sino todo lo contrario.

Cada medio de comunicación lleva a cabo su propia cuenta con sondeos informales entre los congresistas. Según la de la cadena MSNBC, si el martes, 35 miembros de la cámara baja, que es donde se prevé el estancamiento, estaban en contra de investir al presidente con autoridad para bombardear Siria, ayer la cifra de opositores había subido hasta 85, más del doble. The Washington Post la elevaba a 86, con otros 91 congresistas inclinándose hacia el no, y solo 19 apoyándola sólidamente.

A la ofensiva, la Casa Blanca ha colgado una página web de seguimiento al conflicto sirio y ha armado a los congresistas partidarios del ataque con CD's de fotografías por satélite e información clasificada para persuadir a sus colegas. Sin embargo, todo empieza a indicar que la principal batalla está en la calle. Las llamadas de los ciudadanos pidiendo al congresista de su distrito que vote en contra de la guerra colapsan las centralitas. Más de uno apareció ayer mismo en la audiencia del Congreso con un fardo de emails que certifican la oposición de sus votantes.

Rand Paul, el senador libertario que da voz al Partido del Te, aseguró que no ha escuchado en todo Kentucky un ciudadano que le anime a votar por la resolución. Eso era un aviso tácito a Mitch McConnell, el líder de la Cámara Alta que aún no se ha pronunciado a favor o en contra, precisamente porque enfrenta en Kentucky una reelección muy complicada.

El problema no es solo entre los republicanos, que por mucho que les guste hacer de policías en el mundo no quieren poseer la guerra de Obama. Entre los demócratas, que al final son los que el miércoles lograron sacar adelante el texto de la resolución, la cosa no está mejor. En la Cámara Baja, donde el partido del presidente ocupa 200 escaños, sólo once se han pronunciado a favor. Y eso incluye a Pelosi.

El cálculo de la líder demócrata en la Cámara de Representantes es alinear a la mayor parte de sus diputados para pedirle al líder de la oposición un máximo de 50 votos con los que alcanzar los 218 que necesitan, pero para eso tiene que trabajar mucho. De ahí que quiera tiempo. El presidente tampoco está ayudando. La Casa Blanca contaba con que la cumbre del G20 le diera la oportunidad de obtener al menos el apoyo público de sus aliados, pero ayer se daba por satisfecha con la mitad del G20.

Los líderes de su partido esperaban que contundentes declaraciones de países como Alemania, Italia o Canadá les facilitasen el trabajo en el Congreso. Por el contrario, Valdimir Putin ha sabido sembrar la duda, con su experiencia de jefe de la KGB. Horas después de que el secretario de Estado John Kerry asegurase en el Congreso que sólo el 15% o el 20% de los rebeldes sirios están alineados con Al-Qaida o facciones extremistas, el presidente ruso aseguró que «está mintiendo, y él lo sabe». Putin dijo que escuchar a Kerry fue «una sorpresa muy desagradable», porque "nosotros hablamos continuamente con los estadounidenses y asumimos que son gente decente".

Con el espectro de Irak planeando sobre la cámara, y un vídeo de los rebeldes ejecutando sin compasión a soldados sirios en la portada del New York Times, la Casa Blanca agradece que la votación en la Cámara Alta se posponga hasta final de la semana que viene. Solo entonces empezará el debate en la Baja, donde los opositores a la guerra quieren ahogar los instintos bélicos de Obama.