El presidente iraní, Hasán Rohani, da un giro a la negociación sobre producción nuclear
BEIRUT. Actualizado: GuardarEl presidente Hasán Rohani avanza con su particular agenda de cambios internos para intentar dejar atrás los ocho años de Mahmud Ahmadineyad. A partir de ahora será el ministro de Exteriores, Yavad Zarif, quien represente los intereses de la república islámica en las reuniones con el Grupo del 5+1 (formado por EE UU, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania). Zarif, exembajador iraní en Naciones Unidas y colaborador de Rohani cuando era responsable de la negociación nuclear durante la presidencia de Mohamed Jatami, sustituye a Said Jalili, el gran derrotado de las últimas elecciones.
Con este cambio se produce también la salida del proceso negociador del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, que queda relevado por el departamento de Exteriores del nuevo Gobierno. Crisis nuclear, relaciones con Estados Unidos y Siria son los pilares de la agenda de un presidente para quien la prioridad a corto plazo es «mejorar la situación económica» del país.
Una tras otra, las cumbres negociadoras de los últimos años han terminado sin acuerdo. Occidente interpreta esta cerrazón iraní como una forma de ganar tiempo para una república islámica que, pese a los castigos, ha logrado avanzar hasta enriquecer uranio al 20% y fabrica las barras de combustible con las que funciona el reactor médico de Teherán., lo que le permite asegurar los tratamientos de radioisótopos que precisan los 800.000 pacientes de cáncer del país. Pero también les acerca al control del proceso para purificar uranio hasta el 90%, lo que le permitiría fabricar bombas atómicas.í.