Susana Díaz arranca su mandato sin poder liberarse de la sombra de los ERE
El PP le achaca su ascenso a la huida de Griñán, «acorralado por la sombra de la corrupción», y exige que se someta a las urnas
SEVILLA. Actualizado: GuardarSusana Díaz se convirtió ayer en la primera mujer presidenta de la Junta de Andalucía, y la quinta procedente del PSOE-A, en los 30 años de autonomía. Los votos de IU permitieron comprobar la vigencia del actual pacto de gobierno. Pero el mensaje de nuevo tiempo político no parece cuajar en el PP, el partido más votado en las últimas elecciones, que considera que Díaz representa la «continuidad» de un modelo «viciado» y marcado en los últimos años por el escándalo de los ERE, por lo que piden la convocatoria de elecciones anticipadas.
La segunda sesión del debate de investidura permitió ver el primer enfrentamiento dialéctico de la ya flamante presidenta, que tomará posesión el sábado en un acto al que se espera la asistencia de José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del PP, Juan Ignacio Zoido, que ya ha anunciado que no será candidato de su partido para gobernar la Junta. Una sesión ramplona en cuanto a contenidos pero muy tensa a cuenta de la corrupción y la validez del liderazgo de una y otro.
Nada más arrancar su intervención, Zoido reprochó a Díaz que «no hable» del caso de los ERE «cuando es el asunto que ha permitido esta investidura», en alusión a uno de los motivos de la marcha de José Antonio Griñán, del que dijo además que no se va «de forma ni voluntaria ni generosa». Frente al mensaje de transparencia, recordó las trabas de la Junta a la consulta de expedientes de las ayudas de los ERE, y consideró una «incoherencia» que la nueva presidenta haga «alarde del cambio» cuando «ha estado siempre al lado de quien huye acorralado por la corrupción».
Anticipo electoral
En este sentido, consideró que la investidura «será legal, pero dudosa éticamente», y la tildó de «estafa» porque perpetúa un modelo «viciado de hace 30 años». Así cuestionó la cacareada renovación que representa Díaz e instó a ésta a que si tan segura está de su programa, convoque elecciones. «El verdadero cambio está en las urnas», espetó, recordando que la presidenta no fue elegida por la ciudadanía sino por las firmas de 21.000 militantes, en referencia al proceso de primarias del PSOE-A.
El líder del PP-A esbozó el negro escenario económico en que se encuentra la comunidad tras el paso de Griñán y, en menor medida, de los anteriores presidentes socialistas, y auguró que las medidas anunciadas por la nueva presidenta continuarán «lastrando» la región. «Gobierne quien gobierne en España, las cosas van mal en Andalucía»
Las críticas de Zoido no achantaron a la todavía candidata, que sacó a relucir indicadores económicos que demuestran la mejor posición de Andalucía respecto a España. Díaz reprochó además que el líder de la oposición no se pronunciara sobre sus propuestas para combatir la corrupción -«se llame ERE o 'Gürtel', yo voy a ser implacable contra la corrupción, esté donde esté», aseguró- y lo retó a mostrar las cuentas de su partido, su declaración de la renta y de bienes, así como la de su pareja y la del matrimonio de su antecesor, Javier Arenas.
Pero sin duda el argumento más repetido por Díaz fue la falta de liderazgo en la oposición, ya que, al igual que ella, Zoido tampoco fue el candidato del PP a las elecciones. «Quien tendría que estar aquí debatiendo entonces es el señor Arenas», dijo la presidenta, ironizando acerca de que ni los militantes ni él mismo saben quién será el candidato a los próximos comicios.
Mucho más suave fue el intercambio con IU, que explicitó ayer su deseo de mantener el pacto de gobierno y agotar la legislatura con independencia de los nombres. «No somos iguales y no queremos gobernar como el PP», dijo el portavoz parlamentario José Antonio Castro, quien consideró que el discurso de la presidenta les «vincula» porque supone una «apuesta por la izquierda y por Andalucía». No obstante, estarán vigilantes al cumplimiento del pacto, aunque quiso calmar a sus socios del ejecutivo. «IU aprieta pero no ahoga, señora presidenta».
Castro se congratuló por la inclusión de reivindicaciones históricas de su formación, aunque no quiso pasar por alto que algunas se quedan fuera, como la Ley de Memoria democrática o la de protección de los consumidores frente a los productos bancarios. Y sobre corrupción, prefirió mostrarse cauto sobre el recorrido de las medidas esgrimidas por la socialista, porque «tras lo visto en la comisión de investigación sobre los ERE preferimos los hechos a las palabras».