El extesorero del PP Luis Bárcenas. :: SERGIO PÉREZ / REUTERS
ESPAÑA

Rajoy tardó ocho meses en informar a Cospedal de su pacto con Bárcenas

La secretaria general del PP, Arenas y el extesorero discrepan sobre el contenido de la cita en la que se acordó la salida del partido

MADRID. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy tardó ocho meses en informar a Dolores de Cospedal de los términos pactados con Luis Bárcenas para la salida de este del partido. La secretaria general del PP no asistió a la reunión celebrada en marzo de 2010 entre el líder del partido, Javier Arenas, el extesorero y su esposa, Rosalía Iglesias, pero tuvo que gestionar después un acuerdo en el que no tuvo arte ni parte y que, por el tono de su declaración ante el juez Pablo Ruz, no le entusiasmó. En todo caso, deslindó su responsabilidad y se la endosó al presidente del partido y al exlíder del PP de Andalucía.

La reunión en el despacho de Rajoy de la calle Génova 13 de Madrid tiene tantas versiones como participantes. Solo queda por salir a la luz el recuerdo que guarda de aquella charla el presidente del Gobierno, decisión que está en manos del juez Pablo Ruz, quien debe resolver si cita a Rajoy como testigo, petición que ha formulado una acusación popular.

La versión de Cospedal, conocida ayer en la transcripción de su declaración, es que en el encuentro de un enemigo suyo declarado -Bárcenas-, otro camuflado -Arenas- y el líder del partido se pactaron «las condiciones de salida y de dejar su puesto del tesorero». Unos términos que dijo no conocer «exactamente» porque nunca fueron consultados con ella. Tuvo conocimiento de la reunión porque se lo dijo «el presidente», pero «bastante tiempo después, por lo menos ocho meses». Ni el juez ni el fiscal ni ningún abogado preguntó durante el interrogatorio del pasado 14 de agosto por las razones de esa demora. Un posible motivo de esa tardanza es que a Rajoy no le tuvo que resultar fácil explicar a la persona de su máxima confianza en el partido los términos muy favorables de un arreglo con su más acérrimo enemigo interno.

Bárcenas, de acuerdo a Cospedal, consiguió un vehículo para «cuando lo pudiera necesitar», también «una sala para dejar sus cajas y archivos». La indemnización, según su testimonio, es posterior. Se acordó «casi un año después» y se pagó «de forma fraccionada» pues consistió «en una nómina» que incluía «el alta» en la Seguridad Social. Cospedal estuvo más atinada al explicar la fórmula al juez que cuando se enredó con el pago «en diferido» en una comparecencia en la sede del PP.

La secretaria general no habló de cantidades ante Ruz, nadie se lo preguntó, pero el extesorero, en teoría ya fuera del partido, se embolsó en 2010 hasta 219.000 euros, un incremento del 60% respecto al sueldo de 132.000 que tenía como jefe oficial de las finanzas del PP; en 2011, la remuneración fue de 251.000 euros anuales; y en 2012 subió a 256.000 euros en 14 pagas mensuales, a razón de 18.927 euros cada una. Unos ingresos que, según la declaración de Bárcenas ante el instructor el 15 de julio, se habrían mantenido «sine die» porque así lo pactó con Rajoy y que se fueron al traste con la aparición en enero de este año de las cuentas multimillonarias en Suiza. Cospedal no mencionó en ningún caso límites temporales para la indemnización fraccionada.

La número dos del PP también confirmó en su testimonio que el partido se hizo cargo del coste de los abogados defensores, Miguel Bajo y Alfonso Trallero, desde 2009 hasta 2012. Tampoco dio cifras, pero la minuta de esos cuatro años ascendió a 338.000 euros. Total que, entre indemnizaciones y letrados, el PP pagó al extesorero un millón de euros largo en tres años y medio.

Lagunas mentales

Arenas dio una versión bastante distinta de aquel encuentro de marzo de 2010 y con un montón de lagunas mentales, toda una sorpresa porque el exlíder del PP de Andalucía es un hombre con memoria de elefante y lo lleva a gala. Es capaz de recordar hasta los detalles más nimios de una conversación o del nombre y el trabajo de una persona aunque haga años que no la ve. «No recuerdo que se hablara del sueldo ni de cuestiones económicas», explicó Arenas, quien definió la reunión como «más humana que política» o «amistosa sin trascendencia política».

El expresidente del PP andaluz dijo que «después de tantos años» tampoco recordaba que el extesorero se quejara de Cospedal. Mencionó que Bárcenas estaba enfadado porque «había personas en el partido que estaban filtrando contra él», pero su memoria no era capaz de precisar nombres. Arenas tenía fresco, en cambio, que el encuentro sirvió para trasladar al extesorero «la valoración positiva que tenía el partido de su gestión profesional».

Bárcenas asimismo no habló de indemnizaciones fraccionadas ni de cantidades ante Ruz. Se limitó a decir que acordó con Rajoy seguir «cobrando mi sueldo sine die», y que también retuvo «el coche, el conductor y la secretaria». El pacto, según su versión, incluía dejar su despacho y pasar a otro de la tercera planta «cerca» de Arenas. El extesorero, en cambio, tenía muy claro que se quejó ante Rajoy de Cospedal, al punto de que en un momento «de acaloramiento» comunicó al presidente del partido que «o paras a María Dolores o te quedas sin secretaria general ni candidata a Castilla-La Mancha». Arenas, que estaba delante, no recuerda nada de eso.