Contratos en el sector del metal

El sector del metal de la Bahía está de enhorabuena ante las expectativas de trabajo que se abren a partir del próximo otoño en la planta puertorrealeña de Dragados Offshore. La compañía española logró a finales del pasado año un importante contrato de la empresa noruega Statoil, que consiste en la construcción de una de las mayores plataformas petrolíferas del mundo. El acuerdo viene a paliar en estos momentos un vacío de actividad en el sector del metal, motivado especialmente por la falta de carga de trabajo en los astilleros gaditanos. La construcción de esta plataforma, de 21.000 toneladas de peso, supone la contratación de forma escalonada de un millar de trabajadores, entre tuberos, soldadores, caldereros y electricistas. El contrato de Dragados ha servido, en cierto modo, de alivio y, a la vez, de impulso al sector del metal, que se encuentra todavía en negociaciones para zanjar su nuevo convenio colectivo. Los agentes sociales, tanto patronal como sindicatos, saben que el futuro de la Bahía se encuentra en su tejido industrial, más que en el sector servicios, y es necesario, por tanto, que ambas partes logren cuanto antes un acuerdo general para cerrar un conflicto que ya dura más de un año. El contrato de Dragados Offshore supone un nuevo empuje al mercado laboral mientras se despejan las incógnitas sobre la carga de trabajo que aguarda Navantia. Sin embargo, no habrá garantías de inversión en la Bahía hasta que el sector del metal se ponga de acuerdo en el articulado que debe regular sus condiciones laborales. El actual convenio, según la patronal, está obsoleto e impide a las empresas ser competitivas debido a los altos salarios que contempla. La negociación no ha estado exenta de huelgas y manifestaciones. Las conversaciones, después de una tregua, se volvieron a enquistar el pasado julio. El nuevo convenio debe firmarse antes de final de año.