Economia

La discordia amenaza la cumbre de ricos y emergentes en Rusia

Grupos de países con intereses a veces contrapuestos tratarán de buscar soluciones a los problemas de la economía global

SAN PETERSBURGO. Actualizado: Guardar
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La cumbre de líderes de los países miembros del G20 (industrializados y emergentes) comienza hoy en San Petersburgo con un orden del día prácticamente idéntico al de hace cinco años, cuando la crisis a nivel global aconsejó más que nunca coordinar los esfuerzos de todos para buscar soluciones. La mayor parte de los problemas siguen sin resolverse aunque algunos no son ya tan acuciantes y otros se han empezando a abordar con verdadera firmeza.

La actual cumbre, la primera de jefes de Estados y de Gobierno del G20 que se celebra en suelo ruso, va a tener lugar en una atmósfera muy enrarecida por la crisis siria y por las malísimas relaciones personales entre el anfitrión del encuentro, el presidente Vladímir Putin, y su homólogo estadounidense, Barack Obama. Por su parte, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, va dispuesta a cantarle las cuarenta a Obama por espiar a su país.

Irritación

Este ambiente previo de irritación, según algunos expertos, podría afectar a la agenda económica de la reunión, que es la principal, y dejar relegados asuntos importantes. Otro aspecto que inquieta a los especialistas son las advertencias lanzadas por algunos países sobre cuestiones de determinada trascendencia. Por ejemplo, Alemania ha avisado que no se dejara presionar por las previsibles demandas que surgirán en el seno del G20 para acelerar el proceso hacia la unión bancaria europea. Así lo exigen España e Italia y sus respectivos jefes de Gobierno, Mariano Rajoy y Enrico Letta, están presentes en San Petersburgo.

Los países iberoamericanos miembros del G20, Argentina, Brasil y México, junto con las economías emergentes China, India, Indonesia, Rusia, Turquía y Sudáfrica, demandarán un mayor peso en las decisiones globales y en la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI). Les preocupa la posible reducción de los estímulos monetarios en Estados Unidos y el impacto que ello pueda tener en forma de depreciación aún mayor de sus monedas y aumentar la fuga de capitales.

Precisamente los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se reúnen hoy en San Petersburgo antes de que comience la cumbre del G20 para crear un frente común que les permita encarar las iniciativas de los países desarrollados. Uno de los temas que piensan discutir es la creación de reservas comunes de divisas para protegerse de la volatilidad de los mercados de cambio.

En términos generales, los temas que estarán sobre la mesa en el G20 son el estímulo del crecimiento, el empleo y las inversiones, considerados clave los tres objetivos, la regulación del sector financiero, el fortalecimiento del comercio multilateral, la mejora de la estabilidad de los mercados energéticos, la lucha contra la corrupción, el logro de una mayor transparencia de los mercados, la erradicación de los paraísos fiscales y la evasión de impuestos, en lo que insiste fundamentalmente la UE, y el desarrollo de políticas monetarias con la menor intervención posible de los gobiernos.