Steinbrück saluda a un compañero de filas. A la derecha, Merkel durante una sesión parlamentaria. :: AFP
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Gana la pareja de la gran coalición

El debate entre Merkel y Steinbrück refleja el deseo secreto de muchos alemanes; una reedición del primer Gobierno de la canciller

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Ni la cristianodemócrata Angela Merkel ni el socialdemócrata Peer Steinbrück se llevaron el gato al agua. Empate técnico. Eso se deduce de las encuestas y de los comentarios de los analistas políticos sobre el debate entre ambos que emitieron en directo las cuatro principales cadenas públicas y privadas de televisión en Alemania y que fue visto por 17,6 millones de espectadores.

La verdadera triunfadora del único debate televisado entre los dos principales candidatos en las elecciones legislativas alemanas fue la cadena que colgaba del cuello de la canciller. El adorno con eslabones en los colores de la bandera nacional -negro, rojo y oro- fascinó a los espectadores y fue casi más debatido en foros como Twitter o Facebook que el único encuentro personal entre los dos principales candidatos a la jefatura del Gobierno germano. La joya de la canciller tuvo repentinamente cuenta propia en Twitter con más de 4.500 seguidores en cuestión de minutos.

No hubo pasión ni polémica. La canciller y su rival se limitaron a recitar sus respectivos programas electorales a lo largo de hora y media sumamente aburrida y monótona de diálogo más que de debate. Todo un calco del desarrollo hasta ahora de la campaña electoral.

Merkel dio una imagen segura y dominante, de persona en la que el electorado puede confiar, a la vista, insistió, de los éxitos alcanzados en la legislatura que acaba y en la que recordó que Alemania ha conseguido capear con éxito una crisis que ha dejado a otros socios europeos en situación precaria.

Steinbrück se limitó a seguir un guión y reprimió su conocida lengua viperina. Pero, aunque fue retóricamente superior a la canciller y formuló sus propuestas de manera incluso más convincente, fue incapaz de romper la coraza de Merkel, que tiene a su favor el argumento de que la gran mayoría de los alemanes está contento o muy contento con su situación económica personal tras ochos años de gobierno.

Salario mínimo y guarderías

En clave internacional hablaron de la crisis del euro, la guerra en Siria o el escándalo de espionaje de la agencia estadounidense NSA. Las pensiones, el debate sobre el salario mínimo y las plazas de guardería fueron los temas dominantes en el apartado más doméstico. Y las diferencias entre uno y otro fueron en muchos casos matices, que se salvarían sin problemas si llegara a formarse la gran coalición que ambos rechazaron de plano.

Sin embargo, diarios como Die Welt subrayaron sobre el empate que no hace sino reflejar el deseo secreto de muchos electores. Una reedición del primer Gobierno de Merkel en el que Steinbrück fue su ministro de Finanzas. Para el Berliner Zeitung ambos fueron ante las cámaras «la pareja perfecta para una reedición de la gran coalición» y el Frankfurter Allgemeinen Zeitung observó que los candidatos «se dieron repetidamente la razón uno al otro». Tras el único debate programado, Merkel afronta con mas tranquilidad aun la recta final de la campaña electoral, sabedora de su gran ventaja en índices de aceptación y simpatía. Poco puede hacer Peer Steinbrück para plantarle cara a estas alturas y su Partido Socialdemócrata trabajará ahora, no ya por la victoria, sino por obtener un resultado que le permita quizás reeditar esa gran coalición.

millones de personas siguieron el debate, emitodo en directo por las cuatro principales cadenas públicas y privadas de televisión.