Mas insiste ante los miembros de su Gobierno que no hay «marcha atrás» en la consulta
Convergència moviliza a sus cuadros para la cadena de la Diada, mientras que Unió y PSC no irán, pero dan libertad para hacerlo a sus militantes
BARCELONA. Actualizado: GuardarHace un año, el presidente del Gobierno catalán convocó a sus consejeros y a los directores generales de los departamentos para espolearles a participar en «una misión histórica». «Sois los generales de un ejército que es la Generalitat y que tiene una gran misión», les dijo. La escena se repitió ayer. Tras la vuelta de la vacaciones, Mas volvió a reunir a los suyos y, como un entrenador de fútbol antes de una gran final en la charla previa, les reclamó el máximo de complicidad para al nuevo curso político que arranca y que estará marcado por la celebración, previsiblemente el año que viene, de una consulta sobre la autodeterminación.
En una cita a puerta cerrada en el Palau de la Generalitat que empezó sobre las 20.30 horas, rodeada de secretismo y vedada a la prensa, Mas trasladó a unos 250 altos cargos de su gobierno que el referéndum «no tiene marcha atrás». «El proceso soberanista está en marcha y no se detendrá», les aseguró. Un mensaje de tranquilidad y serenidad a los suyos, ante un año cargado de retos y dificultades, con la salida de la crisis y del atolladero soberanista como puntos centrales.
Según Mas, la transición nacional hacia el estado propio va «en serio» y aunque algunos se dediquen a vaticinar que se «desinflará», su compromiso es no renunciar. «Estamos en un punto de no retorno», afirmó. «Habrá turbulencias, pero saldremos de ésta», les arengó. Mas instó a su equipo a superar las dificultades y les recordó que la legislatura debe durar hasta 2016, por lo que hay tiempo para sacar a Cataluña de la crisis.
Cierre de filas
Horas antes, Mas se reunió con la cúpula de Convergència Democrática de Catalunya, el partido que lidera y que cerró filas en torno al presidente autonómico. La formación reafirmó su compromiso con la consulta. «Se acerca la etapa más importante de la historia reciente de Cataluña», afirmaron fuentes de Convergència. «2014 debe ser el año de la consulta, el año en que el pueblo debe poder decidir sobre su futuro», añadieron.
La primera estación del proceso hacia la consulta tendrá lugar el próximo 11 de septiembre, con la cadena humana que las plataformas soberanistas han organizado para reclamar la independencia. La dirección de Convergència apoyó ayer sin fisuras la 'Vía Catalana' y anunció la participación «masiva» de los dirigentes, cuadros y militantes del partido.
Todo lo contrario que sus socios de Unió. La formación democristiana, enfrentada con CDC y Esquerra por sus tibieza en la defensa del estado propio, anunció que no asistirá a la cadena como partido, aunque la dirección dio libertad a sus cargos para asistir y algunos de ellos, no aclararon quiénes, lo harán a título personal. Eso sí, reivindicarán el derecho a decidir y no la independencia, que es el lema de la convocatoria. «No habrá una consigna de partido. La gente es libre», destacaron desde Unió. Sigue siendo una incógnita qué hará el líder del partido, Josep Antoni Duran Lleida, que aún no ha decidido si acudirá a la protesta. El año pasado participó en la gran manifestación y fue recibido con una sonora pitada.
Las siglas del PSC tampoco estarán de manera oficial el próximo 11-S. La ejecutiva socialista hizo público ayer que no apoyará la 'Vía Catalana' porque tiene un claro objetivo independentista. El PSC, que propuso que los organizadores de la cadena corran con los gastos de seguridad y transporte de la protesta, trató de cerrar la crisis interna en el partido oficializando su rechazo a la cadena, pero al mismo tiempo dio libertad de asistencia a los dirigentes.