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Suiza veta el envío de material para una estación de invierno en Corea del Norte

SHANGHÁI. Actualizado: Guardar
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Entre otras cosas, el embargo de la ONU que pesa sobre Corea del Norte prohíbe la exportación al país comunista de armas, de tecnología susceptible de ser utilizada con fines militares, y de productos de lujo. Suiza considera que los telesillas y los teleféricos que sus empresas iban a vender al régimen de Kim Jong-un para construir la estación de esquí Masik, que tiene como objetivo atraer turistas y competir con las instalaciones de su hermana capitalista -que organizará los Juegos de Invierno de 2018 en Pyeongchang-, pertenecen a la última categoría. Por eso, Berna decidió en julio denegar el permiso de venta que le habían pedido compañías líderes de mundiales.

En un país en el que, según el Programa Mundial de Alimentos, un tercio de los menores de 12 años sufre malnutrición, parece una obscenidad que la dinastía de los Kim erija un lugar de ocio que estará, sin duda alguna, fuera del alcance de quienes no ostenten altos rangos en el irónicamente denominado Partido de los Trabajadores. Aun así, Pyongyang protestó enérgicamente la decisión hace unos días. «La estación de esquí está destinada a proporcionar unas condiciones de vida altamente civilizadas y felices a los norcoreanos», aseguró en un comunicado la Asociación de Esquiadores de Corea del Norte. «Además, el equipamiento de telesillas no se utiliza en la producción de cohetes o armas nucleares».

Ken Kato, activista de la ONG Human Rights, puede que esté entre las razones por las que Suiza haya aplicado el embargo. Kato ha escrito a embajadas y sedes corporativas «para recordarles el contenido del embargo».