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Rajoy evita la primera línea del conflicto sirio

Aguardará a las conclusiones del informe de los inspectores de la ONU y, sobre todo, a la «reacción de la comunidad internacional»

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El Gobierno pretenden mantener a España alejada de la primera línea del conflicto sirio y, de momento, afronta con tibieza este conflicto que se ha convertido en primordial para otros socios comunitarios como Reino Unido, Francia y Alemania.

Mariano Rajoy quiere evitar por todos los medios otro desgaste como el que supuso para José María Aznar su protagonismo en guerra de Iraq, aunque Soraya Sáenz de Santamaría eludió pronunciarse, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, si las consecuencias que tuvo para el PP la invasión de Iraq ha pesado o no en la mesura con la que el Ejecutivo actúa en esta ocasión.

Rajoy formó parte del Gabinete de Aznar que, junto a Estados Unidos y el Reino Unido, capitalizó la ofensiva contra Sadam Husein sin contar con el respaldo pleno de Naciones Unidas.

«Creemos que es muy razonable tener todos los elementos encima de la mesa antes de tomar una decisión», respondió la vicepresidenta del Gobierno, que se movió siempre entre la prudencia y el apoyo de España a sus aliados internacionales.

La número dos del Ejecutivo, que para explicar la postura española remitió al comunicado del pasado 27 de agosto el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, dejó claro que, en cualquier caso, antes de evaluar la participación de tropas españolas en una posible acción militar contra el régimen de Damasco, quieren escrutar el informe que presentarán mañana sábado los inspectores que la ONU ha enviado al terreno para determinar si ejercito de Bashar al Assad empleó armas químicas contra la población civil. Consideró que el uso de este tipo de armamento en el curso del conflicto armado debe ser esclarecido con la máxima rapidez y, por ello, apoyó la labor que realiza en Siria la Misión de investigación de la ONU.

No determinante

Este documento tampoco será determinante. «El Gobierno ya ha mostrado su profunda preocupación por la situación en Siria pero esperará a conocer la actuación de la comunidad internacional», recalcó Sáenz de Santamaría. La vicepresidenta sí informó de que Madrid mantiene un contacto y conversaciones «constantes» con sus socios y aliados. Unos contactos bilaterales y también en el seno de la OTAN.

Un perfil bajo que contrasta con la celeridad con la que David Cameron planteó en el Parlamento del Reino Unido la posibilidad enviar tropas, que finalmente rechazó el envío de tropas por un estrecho margen de trece votos, a Siria o la contundencia con la que François Hollande ha confirmado la participación de Francia.

La vicepresidenta del Gobierno también recalcó la preocupación por la tensión regional en Oriente Próximo, pero en ningún momento se arrogó un posible papel principal en la resolución del conflicto. España «confía y desea» que Consejo de Seguridad pueda desempeñar el papel que la Carta de Naciones Unidas le confiere y tomar decisiones que hagan que la legalidad internacional se cumpla y se restablezca la normalidad en un país que lleva casi dos años asolados por la guerra entre el Ejercito oficialista y los rebeldes.