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EE UU presenta sus pruebas para atacar Siria
Washington prepara una ofensiva limitada contra el régimen al dar por buenos los informes que hacen responsable a El-Asad del ataque químico
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarUn Barack Obama resignado a empuñar las armas compareció ayer brevemente ante la prensa después de que su secretario de Estado, John Kerry, expusiera con detalle las bases para responder militarmente a Siria por el uso masivo de armas químicas que la inteligencia le atribuye. «Mucha gente piensa que hay que hacer algo, pero nadie quiere hacerlo», suspiró Obama. «A menos que alguien diga no, no vamos a permitir que use armas químicas indiscriminadamente contra civiles». Ese alguien es él. Obama aseguró que todavía no ha tomado una decisión «sobre las diferentes acciones que pueden tomarse para responder», pero si bien la estrategia militar puede estar aún sobre la mesa, nadie duda que el ataque en sí tiene los días contados. O las horas.
El mandatario ha prometido seguir consultando con el Congreso, la comunidad internacional y, «sobre todo», dijo Kerry, con el pueblo estadounidense, pero el proceso está siendo rápido. El jueves la Casa Blanca informó telefónicamente a un selecto número de legisladores sobre el informe de inteligencia que hoy ha colgado en su página web, en lo que Kerry llamó una acción de transparencia «sin precedentes» al ser conscientes de la experiencia de Irak. «No repetiremos ese momento», prometió el secretario de Estado.
Las conclusiones públicas de la inteligencia estadounidense son, sin embargo, un acto de fe, que ofrece incluso menos pruebas de las que mostró su homólogo Collin Powell en la ONU antes de atacar Irak. Hay, asegura, mucha más información clasificada que no se puede compartir con el público porque pondría en peligro a las fuentes de inteligencia, pero que promete mostrar tanto a sus aliados internacionales como a los legisladores. El personal de estos últimos empezó a verlas en privado ayer mismo, mientras que los propios congresistas podrán verlas tan pronto como regresen a Washington.
El Congreso está de vacaciones y no tiene previsto regresar hasta el día 9 de septiembre. Todo el país disfruta este fin de semana del último puente del verano, con motivo del Día del Trabajo, que en EE UU se celebra el lunes. Obama tiene que estar el jueves en San Petersburgo para la próxima cumbre del G-20, por lo que la ventana de tiempo se cierra.
Kerry no dio muchas pistas sobre cuándo se producirá, pero sí advirtió que «el presidente Obama se asegurará de que Estados Unidos de América toma sus propias decisiones de acuerdo a sus propios tiempos, basándose en nuestros propios valores e intereses». Eso implica ir a la guerra sin la aprobación de la ONU, la OTAN, la Liga Árabe e incluso sin el apoyo de su más íntimo aliado, Gran Bretaña.
Kerry piensa que sí dispone de su apoyo moral, que es lo único que realmente necesita, porque capacidad militar no le falta. Y en cuanto a la ONU, tanto el secretario de Estado como el presidente dejaron claro su espíritu multilateralista y su respeto por la institución, pero culparon abiertamente a Rusia del «obstruccionismo» que impide legitimar cualquier acción militar en el Consejo de Seguridad. «Mi fuerte preferencia es tomar acción multilateral cuando eso sea posible, pero atenta contra nuestra seguridad nacional ignorar este tipo de violaciones a las normas internacionales», afirmó el presidente.
Sin dudas
EE UU no tiene dudas de que el ataque del 21 de agosto que dejó «al menos 1.429 sirios asesinados, incluyendo al menos 426 niños», fue obra del ejército de El-Asad, al que hace personalmente responsable de ello simplemente por haberse producido bajo su cadena de mando. «Es un bandido y un asesino», le acusó Kerry indignado. Los informes de Médicos Sin Fronteras habían puesto la cifra de víctimas mortales en 355, pero el balance estadounidense se acerca más al que daban los rebeldes.
El grupo de inteligencia asegura que en los días previos al ataque «el personal sirio responsable de armas químicas estuvo operando en los suburbios de Damasco, más concretamente en 'Adra, desde el domingo 18 de agosto hasta las primeras horas del miércoles 21, cerca de una zona que el régimen utiliza para mezclar armas químicas, incluyendo gas sarín». El 21 de agosto «un elemento del régimen sirio se preparó para un ataque con armas químicas en el área de Damasco, incluyendo la utilización de máscaras de gas», explica el informe desclasificado. Aproximadamente 90 minutos antes de que aparecieran los primeros informes en las redes sociales, los satélites detectaron lanzamientos de cohetes desde los barrios controlados por el régimen.
Horas después de que tres hospitales de Damasco recibieran unos 3.600 pacientes con síntomas de haber sido expuestos a un agente neurotóxico, «interceptamos comunicaciones que involucraban a altos miembros del Gobierno, íntimamente familiarizados con la ofensiva, que confirmaban que se habían usado armas químicas y mostraban su preocupación por que los inspectores de la ONU obtuvieran pruebas. A mediodía, nuestra inteligencia revela que se le ordenó al personal sirio de armas químicas cesar las operaciones». Inmediatamente el régimen sirio intensificó el bombardeo de la zona, «para destruir las evidencias».
«Estas son las pruebas, estos son los hechos», sentenció Kerry. «Así que la cuestión principal ya no es qué sabemos, sino qué vamos a hacer colectivamente acerca de ello», recordó. «La historia está llena de líderes a los que se les ha advertido de las consecuencias de la inacción, la indiferencia y, especialmente, el silencio cuando más importa», advirtió.
personas fallecieron en el ataque con armas químicas perpetrado por el régimen de Bashar el-Asad en las afueras de Damasco el pasado 21 de agosto, según el informe hecho público ayer por el vicepresidente norteamericano, John Kerry. Del total de víctimas mortales, 426 son niños.