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Susana Díaz será «implacable» con la corrupción y ofrece «una nueva política»
El comité director del PSOE-A exhibe unidad y la elige por aclamación candidata a la presidencia de la Junta
Actualizado: GuardarSusana Díaz eligió dirigirse a los ciudadanos más que a los militantes en su primer discurso tras ser aclamada candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía por el comité director del PSOE-A. Aunque no pudo evitar el sonido mitin en algunos momentos, el tono elegido tuvo un coste en cuanto al «pellizco» de la militancia, pero era el adecuado para que la futura jefa del Ejecutivo andaluz anticipara diversas claves del que será su programa del Gobierno que formará a partir de la próxima semana, el primero en Andalucía presidido por una mujer.
El salón del hotel elegido para celebrar el comité director, el máximo órgano entre congresos, se quedó pequeño para albergar a la cantidad de militantes y cargos públicos y orgánicos que acudieron para presenciar el momento histórico del inicio de la nueva era de Susana Díaz. Esta demostración de unidad en torno a la figura de la futura presidenta se tradujo en su proclamación por aclamación, a propuesta del vicesecretario del partido, Mario Jiménez, que intervino en lugar del secretario general, José Antonio Griñán.
Tributo a Griñán
El presidente en funciones, que asistía al comité, estaba anunciado en el orden del día, pero prefirió pasar el turno, por no restar protagonismo a Susana Díaz y por no emocionarse de manera visible. Griñán recibió el elogio de los oradores, tanto de Jiménez como de la secretaria general de Cádiz, Irene García, que presidió la reunión y que dijo que su apellido se escribe «con G de generosidad y con G de grande».
Jiménez, como luego haría Susana Díaz, admitieron que la dimisión de Griñán puede no ser comprendida, pero aseguraron que con el tiempo se verá la importancia de un gesto «que sólo alguien de su talla política podía llevar a cabo». Entre constantes apelaciones al «cambio», «de generación y de género» en frase ya acuñada por el aún presidente, los socialistas andaluces dieron con euforia su apoyo a la nueva etapa y exhibieron su unidad, «frente a la jaula de grillos que tenemos enfrente», dijo el vicesecretario, «y de la que no vamos a hablar porque no merece la pena».
Susana Díaz prometió «otra manera de hacer política» y «un nuevo modelo económico» y arrancó los mayores aplausos cuando dijo: «He leído por ahí que me llaman implacable. No creo serlo, pero en una cosa sí lo voy a ser. Seré implacable contra la corrupción».
La futura presidenta exigirá honestidad, ejemplaridad y coherencia a los suyos y dijo que hay que enfrentarse con el hecho de que la gente no cree en los políticos, aunque haya muchos que sean honrados. Aludió a la Ley de Transparencia como la principal de la Legislatura. No hizo ninguna mención explícita al caso de los ERE, pero sí reclamó transparencia a los sindicatos, cuya necesidad reivindicó.
La candidata urgió a los suyos a «pensar y actuar como ciudadanos», a «salir a la calle con el corazón, porque la gente lo está pasando mal» y a recuperar «la buena política». Una política «útil, propositiva y positiva, que haga propuestas y que ilusione», dijo, y no esté «en la pelea» entre partidos, que es algo que la gente rechaza, aseguró
Aunque no por ello dejará de haber frentes con el Gobierno. Así, se extendió en rechazar la reforma local, «con movilizaciones y en los tribunales» en defensa de los ayuntamientos, y los recortes en sanidad y educación.
Modelo económico y consensos
Abogó por un nuevo modelo económico que no se base en «liquidar derechos ni abaratar costes» y que fomente a los emprendendores y el conocimiento, para rechazar entre aplausos que «jóvenes capacitados y sin recursos económicos tengan que dejar la Universidad».
En el ámbito de la política general se mostró a favor de grandes consensos, entre ellos para la reforma de la Constitución, para que los derechos sociales no dependa de quien esté en el poder,
También enunció la propuesta de otros pactos: un segundo acuerdo contra la exclusión social, la defensa de los servicios públicos, sobre el modelo territorial y del Estatuto de Autonomía de Andalucía.
Díaz se dirigió por último a su partido para pedir que «no nos resignemos». «Somos el partido de la ilusión», dijo y apeló a Martin Luther King para decir que «los socialistas también tenemos un sueño, una sociedad en la que no existan las desigualdades, porque no solo es inmoral sino ineficaz. Nuestro sueño es dar más oportunidades a quienes están más abajo. A ello os convoco», concluyó.