Le roban 130.000 euros y se despiden: «Señora, también tenemos que comer»
MÁLAGA. Actualizado: Guardar«¡Señora, esto es un atraco! ¡Estese quieta y no le pasará nada!». Al ver gritar a aquellos tipos encapuchados, María Manuela García, de 78 años, creyó que era broma. Por si acaso, la mujer no se movió. Solo hizo una súplica a los atracadores. «Les pedí que no se llevaran las composturas, que son los arreglos y las joyas vendidas pero sin terminar de pagar, sobre todo por los clientes». Si la escenificación del golpe fue sorprendente, la respuesta lo fue aún más: «Señora, nosotros también tenemos que comer... ». Lo que se llevaron les da para algo más que un menú: el botín ascendió a 130.000 euros.
El miércoles por la tarde, María Manuela se quedó sola a cargo de la tienda de su hija, que había tenido que llevar a su nieto al médico. Faltaban cinco minutos para las seis y en la joyería Euromar, que está en la avenida de Las Palmeras, en Torrox-Costa, no había clientes. «Acababa de salir uno al que le había vendido una esclava», reconoce la mujer. «Tuve mala suerte, porque la caja fuerte se quedó abierta.
Los atracadores entraron «corriendo» en el local. Eran cuatro, todos con pasamontañas. Tras aclararle que aquello iba en serio, uno de ellos se dirigió a la víctima y le sujetó con fuerza de los hombros para que no se moviera. Por la breve conversación que mantuvieron, sospecha que todos eran extranjeros. «Los otros tres se dedicaron a coger todo lo que había en las vitrinas del negocio», explica.
El asalto apenas se prolongó unos minutos. El tiempo suficiente para sustraer todas las alhajas que había a la vista así como las de la caja fuerte. A falta de realizar un inventario más exhaustivo en la tienda, el valor de las joyas robadas podría superar 130.000 euros.
Los ladrones se dieron a la fuga en un Seat León de color negro que tenían aparcado en la puerta del establecimiento, en el que les esperaba el quinto miembro de la banda. El vehículo había sido sustraído días antes en Málaga capital. Todo parece indicar que los atracadores tenían preparado otro vehículo en las inmediaciones, ya que el Seat León apareció abandonado minutos después en la avenida del Faro, no muy lejos del lugar donde se encuentra la joyería desvalijada.
«Es la primera vez que me pasa algo así», comenta la víctima, que colabora en el negocio familiar desde hace años. «Es una pesadilla -añade- espero que podamos recuperar las joyas». La Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil ha puesto en marcha una investigación para esclarecer cuanto antes el atraco y detener a los autores.