La ONU pide tiempo antes del ataque
Insisten en que el trabajo de los inspectores es la única prueba objetiva del uso de armas químicasEE UU, Reino Unido y Francia ultiman la intervención al dar por hecho la implicación del régimen sirio en la matanza de Guta
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarBarack Obama tiene prisa. El martes sale de viaje con rumbo final a San Petersburgo, donde el jueves empieza la cumbre del G-20. Sería impensable que el comandante en jefe no siguiese los bombardeos a Siria desde la Sala de Situaciones de la Casa Blanca. Y de mal gusto que informase de ello desde Rusia, donde su anfitrión ha dejado claro que atacar a Siria sería «un trágico error». Pero igual de irrespetuoso resultaría desatender la súplica del secretario general de la ONU Ban Ki-moon, que ayer pidió tiempo para que los inspectores finalicen su trabajo.
«El trabajo que desarrolla el equipo de investigadores de la ONU representa una forma objetiva e imparcial de establecer los hechos sobre las acusaciones de uso (de armas químicas) en Siria», dijo el secretario general de la ONU a través de un portavoz, tras reunirse en La Haya con el director de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas Ahmet Uzumcu.
Ban no pide mucho, solo cuatro días de trabajo para los inspectores, que ayer completaron su segunda jornada recogiendo muestras en la zona de Ghuta, donde se produjo el ataque el pasado día 21. Con todo, esa pequeña demora puede hacer saltar los planes de las potencias de Occidente, que planeaban un ataque inminente, según todas las fuentes. El secretario de Estado estadounidense llamó el martes al jefe de la diplomacia mundial en la ONU, sin que ninguna de las partes haya querido hablar del contenido de la llamada. La víspera John Kerry dijo en un apasionado discurso que el hecho de que el Gobierno sirio no proporcionase acceso a los inspectores durante cinco días «habla por sí solo» sobre su culpabilidad. «Hablé el jueves con el ministro sirio Mualim y le dejé claro que si el régimen no tenía nada que esconder su respuesta debería ser de transparencia y acceso inmediato, no de un bombardeo (...). En lugar de ello, el régimen sirio rehusó durante cinco días dar acceso a los investigadores hasta el lugar de los hechos que supuestamente le habría exonerado. Esa no es la conducta de un Gobierno que no tiene nada que esconder. Así no se comporta un régimen deseoso de demostrar al mundo que no ha usado armas químicas».
La realidad parece tener más que ver con la burocracia de la ONU, aprovechada por el régimen de El-Asad para retrasar la investigación. Si bien el secretario general demandó el mismo miércoles, día del ataque, una investigación que pronto obtuvo el beneplácito del Consejo de Seguridad, no fue hasta el día siguiente, jueves, que el portavoz Eduardo del Buey anunció que iban a escribir una carta para solicitarla formalmente. La carta fue entregada en mano el sábado por la enviada Angela Kane, y su petición concedida al día siguiente. Los inspectores comenzaron las visitas el lunes.
El temor de Israel
Fuentes de diversos medios internacionales sostienen que EE UU tiene otras pruebas de peso para culpar al Gobierno de El-Asad del ataque, como una llamada frenética entre el ministro de Defensa y algunos de sus jefes militares. La revista estadounidense 'Foreign Policy' atribuye la intercepción de esa llamada a la inteligencia estadounidense, mientras que la revista alemana Focus apunta a la unidad 8200 de los servicios secretos israelíes, cuyos representantes habrían viajado el lunes a Washington para presentar esas pruebas a su contraparte americana. Israel teme que si no hay una respuesta inmediata de castigo, Irán, su rival y mejor aliado del Gobierno sirio, entienda que puede hacer lo propio con Israel sin pagar consecuencias. El pánico en Israel es tal que su población usa ya máscaras de gas.
Todo eso explicaría el súbito cambio de tono en Washington, que el viernes quería esperar a la investigación de la ONU, y el lunes la consideraba irrelevante, pero también el que Siria haya querido ganar tiempo para entender lo sucedido en sus propias filas, si es que se le fue de las manos, como algunos especulan.
El embajador sirio en la ONU Bashar Ja'afari dijo presentó ayer a la ONU una petición para que los inspectores investiguen también las muertes de tres soldados, que atribuye a la inhalación de gas sarín en un túnel en la zona rebelde. El portavoz de la ONU Farhan Haq respondió que los inspectores están abiertos a ampliar sus investigaciones. Haq aprovechó para pedir a todas las partes que respeten su seguridad, que presuntamente estaría en juego si las fuerzas internacionales lanzan un ataque controlado sobre instalaciones militares sirias, a partir de hoy mismo.
Mientras Ban pide tiempo para investigar los ataques y negociar la paz, recordando que cualquier respuesta internacional debe respetar la Carta Magna de la ONU, que requiere autorización del Consejo de Seguridad, Estados Unidos y Gran Bretaña se preparan para la guerra. Londres dice haber presentado a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad el borrador de una resolución que condenaría el ataque químico y aprobaría «todos los medios» necesarios para castigarla e impedir que se repita.
Los planes que circulan en Washington podrían ponerse en marcha hoy mismo, seguidos de un anuncio del presidente explicando las bases para el ataque. Se trataría de una misión exclusivamente dirigida a castigar 35 instalaciones con misiles que puedan cargarse con cabezas químicas, evitando así el peligro de atacar las provisiones sirias de gas sarín, gas mostaza y gas VX, que son las terceras mayores de mundo después de EE UU y Rusia.